Todos los seres vivientes, sobre todo los seres humanos, tenemos la obligación de crecer y desarrollarnos.
Crecer implica ir tolerando y reacomodando el enorme torrente de energía que circula por nuestro cuerpo. Crecer implica encontrarnos y toparnos tanto con vivencias felices, plenas; como con vivencias traumáticas, difíciles y angustiantes.
Si en este largo camino de nuestra historia personal no logramos metabolizar lo traumatizante que nos tocó vivir y en su lugar pretendemos esconderlo, enterrarlo e intentamos negarlo… el cuerpo enferma. Es que, lejos de desaparecer, lo reprimido permanece en nosotros y nos asecha desde la oscuridad, pujando por salir.
En el intento de seguir negando lo que no podemos aceptar el cuerpo se distorsiona cada vez más, se va deformando y modificando a tal punto que dejamos nuestra esencia escondida en lo profundo. Dejamos de ser nosotros mismos y nos transformamos en una enorme barrera de defensa, nos transformamos en caparazón.
La obesidad es una de las tantas formas de crear esa coraza, de crear una mayor separación entre el ser que somos y la realidad que no se acepta, que no se tolera.
Recuperar un equilibrio saludable implica para el obeso, no sólo bajar de peso sino elaborar todas las vivencias que acudirán a la conciencia, darles un espacio, resignificarlas, comprenderlas y así resolverlas… Es de esta manera que el nuevo equilibrio y el nuevo esquema físico se mantienen, porque se ha permitido el acceso a la conciencia de aquello que la gordura ocultaba en el inconsciente.
Ya la gordura no tendrá cabida en este nuevo equilibrio, no tendrá razón de existir, exprésate y libérate.
Busca ayuda profesional, pues te ayudará a transitar este camino que no es fácil, pero ya no estarás sólo e indefenso.
Lic. María Maldonado MP: 61787
Terapeuta Familiar – Orientación Vocacional – Psicotécnicos
@licmarymaldo
@licMMaldonado