MSc. Analía Colletti (Dto. CyT-UNQ)
Miembro del proyecto I+D/UNQ “El poder de la dieta: una respuesta sociológica a las desigualdades nutricionales”.
En un mundo en el que el número de personas afectadas por el hambre ha aumentado lentamente desde 2014, y en el que cada día se pierden o desperdician toneladas y toneladas de alimentos, es fundamental reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA). Pero primero definamos estos conceptos. Las pérdidas de alimentos hacen referencia a la disminución de la cantidad o calidad de los alimentos como consecuencia de las decisiones y acciones de los proveedores de alimentos, en las etapas de producción, poscosecha y procesamiento de la cadena de suministros. En cambio, los desperdicios hacen mención a la disminución de la cantidad o calidad de los alimentos, como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, servicios alimentarios y los consumidores.
Aproximadamente un tercio de los alimentos producidos para consumo humano a nivel mundial se pierden o se desperdician, lo que equivale a 1300 millones de toneladas por año (FAO, 2019; Alimentos Argentino, 2021) , distinguiendo que más del 40 % de las PDA se generan durante las etapas de poscosecha y procesamiento de los países en desarrollo, mientras que en los países industrializados, predominan las PDA en lo que respecta a la venta minorista y consumo. En ambos casos, estas pérdidas están dominadas por las frutas y hortalizas, con la paradoja de constituir el grupo de alimentos que aportan componentes esenciales para una dieta saludable. FAO designó al 2021, como el Año Internacional de las Frutas y Verduras (AIFV) , con el fin de sensibilizar sobre la importancia de estos productos para la nutrición humana, la seguridad alimentaria y la salud.
Cuando se pierden o desperdician alimentos, todos los recursos que se utilizaron para su producción -como el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital- se desaprovechan. Además, la eliminación de los alimentos desperdiciados en vertederos genera el 6 % de las emisiones de gases.