21 de julio de 2020

"La Justicia en el Quilmes del mundo del revés": el abogado del jubilado se refirió a la situación procesal de Jorge Ríos: "su detención fue abusiva y arbitraria, da la impresión de que la Justicia quiere que la víctima no se defienda"

El hombre de 71 años acusado de matar de un balazo en el tórax a uno de los cinco delincuentes que el viernes pasado ingresaron a robar a su casa de Quilmes Oeste fue beneficiado con un arresto domiciliario, informó uno de sus abogados defensores, Hugo Icazati. La medida fue dispuesta por el juez de Garantías 2 quilmeño, Martín Nolfi, y alcanzó al herrero Jorge Ríos, quien recupera la libertad desde la comisaría 9na. dicho partido del sur del conurbano y cumplirá con la morigeración en la casa de uno de sus hijos. Desde su entorno señalan que sufre de EPOC y que extirparle un riñón, entre otros problemas de salud, y piden la excarcelación. También aseguran que tiene taquicardia luego de haber padecido un infarto, camina con la ayuda de bastón y sufre discapacidad visual debido a que toda su vida trabajó como soldador. “No lee, usa anteojos con mucho aumento y no maneja porque se desorienta. Sin embargo, el fiscal dice que le apuntó al ladrón y le disparó con precisión milimétrica”, le dijo al portal Infobae su abogado defensor Marino Cid. La detención provocó la indignación de los vecinos, quienes aseguran que no sólo denuncian un aumento en los casos de inseguridad en la zona. 


EL HECHO 
Jorge Adolfo Ríos fue indagado sábado por el fiscal Ariel Rivas, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 del Departamento Judicial de Quilmes, quien le imputó el delito de “homicidio agravado por el empleo de arma de fuego”, en perjuicio de Franco Martín Moreyra (26). Voceros de la investigación informaron a que el jubilado se negó a declarar y seguirá preso, mientras el fiscal aguarda el resultado de la autopsia, como así también el informe de la Policía Científica, entre otras pericias. De acuerdo a lo que pudieron reconstruir los investigadores, a partir del análisis de las imágenes de dos cámaras de seguridad, cinco delincuentes ingresaron, minutos antes de las 5 de la madrugada, a la vivienda de Ríos luego de trepar la medianera de un vecino y arribar al fondo de la propiedad.


ADEMÁS: 
 El jubilado fue sorprendido mientras dormía por los asaltantes y fue golpeado e intimidado con un destornillador, mientras le exigían dinero, añadieron los informantes. En esas circunstancias, Ríos extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros de su propiedad y les efectuó al menos seis disparos a los delincuentes, quienes huyeron de inmediato. Dos de los ladrones quedaron registrados por las cámaras mientras huían a la carrera, mientras que un minuto después se observa al último de los delincuentes, Moreyra, quien escapa rengueando por una herida en una de sus piernas y luego de doblar la esquina, ya a unos 60 metros de la vivienda del jubilado, se sienta en el suelo. Siempre según la misma secuencia, el ladrón se encontraba desarmado cuando entra en escena Ríos portando un arma de fuego, quien forcejea con el asaltante hasta que éste deja de moverse, informaron fuentes de la investigación. Esto les permite inferir a los investigadores que fue el momento en el cual el jubilado le disparó en el tórax, ya que de las imágenes se desprende que Moreyra no tenía previamente una herida en el pecho, por la forma en que escapaba “a los saltos”. Además, al momento de peritar la escena del crimen se hallaron tres vainas servidas de calibre 9 milímetros, que fueron levantadas para cotejarlas con la pistola secuestrada al imputado. Una fuente con acceso al expediente explicó que el ladrón fue baleado “en un estado de total indefensión, cuando ya no representaba ningún peligro”. Asimismo, las pesquisas sospechan que la herida en la pierna que tenía Pereyra pudo habérsela provocado mientras trepaba la medianera, en la cual fueron encontradas huellas que también serán peritadas. Ríos fue aprehendido luego de un allanamiento en urgencia en su casa dispuesto por el fiscal Rivas, quien en principio ordenó su aprehensión por el delito de “homicidio con exceso en la legítima defensa” y luego agravó su acusación. El jubilado fue asistido por personal de salud, que constató heridas sangrantes en su cabeza y lesiones visibles en un antebrazo y el rostro.