22 de abril de 2020

El Obispado de Quilmes defendió a presos tras motín en penal de Varela: "La crisis humanitaria de nuestros presos y presas no la trajo el coronavirus. Esta crisis nos avergüenza como sociedad hace tiempo"

El caso de Coronavirus detectado en la cárcel de Florencio Varela fue el disparador de un violento motín que terminó con un muerto. El infectado, Julián Arakaki, había sido condenado a cadena perpetua por el delito de homicidio agravado por el vínculo: el asesinato de su propia hijita de 8 años ocurrido en la zona de Martínez.
Esta semana se le detectó positivo en COVID-19 y tras conocerse el hecho se desencadenó el brutal motín en el que los presos exigieron ser excarcelados para hacer su cuarentena: en el mediodía de hoy, un enfrentamiento violento se desató entre dos grupos de detenidos en el penal número 23 en el complejo carcelario de Florencio Varela. La pelea, con facas como armas, concluyó con una víctima fatal, cuyo cuerpo ya fue retirado del lugar. “Inmediatamente después de la discusión, uno mató de una puñalada a otro. No hubo mediación posible”, asegura una fuente. Personal del SPB dispersó a los grupos con postas de goma. Algunos presos envueltos en frazadas -para amortiguar posibles puñaladas- escalaron a los techos, donde continuó la pelea.
Cabe destacar que en el penal número 23 es donde estuvo originalmente detenido Julio Arakaki, el primer preso infectado con coronavirus del país, antes de ser trasladado a la sala de Sanidad de un penal vecino. Arakaki, según fuentes del Ministerio de Salud bonaerense, evoluciona favorablemente.
En relación a estos hechos, el Obispado de Quilmes difundió el siguiente comunicado:

 Comunicado sobre la emergencia en el Servicio Penitenciario Bonaerense

“La justicia debe actuar con la ejemplaridad que el estado de derecho demanda ante una crisis de tal magnitud, adoptando medidas excepcionales y urgentes que terminen con la sobrepoblación y hacinamiento extremo del Sistema Penitenciario Bonaerense. Es la hora de la justicia, que ya no puede ocultar su responsabilidad frente a la crítica situación actual y debe cumplir con los principios de derechos humanos consagrados en nuestra Constitución Nacional.
Hoy no hay otra prioridad que salvar vidas”

Así termina la declaración de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) el 22 de abril de 2020 que advierte la emergencia en las cárceles de la provincia de Buenos Aires. Emergencia que no es de hoy, ya estuvo preanunciada por huelgas de hambre desde fines del año pasado en distintas unidades carcelarias.

La crisis humanitaria de nuestros presos y presas no la trajo el coronavirus. Esta crisis nos avergüenza como sociedad hace tiempo. La pandemia del Covid-19 lleva al extremo de la urgencia los pasos necesarios para que esta realidad cambie; y cambie de verdad, sin promesas vacías de realidades.

A esta hora de la jornada del miércoles 22 tenemos que lamentar un muerto en la Unidad 23 de Florencio Varela. Asistimos consternados a escenas de extrema violencia en este penal, gracias a algunas filmaciones caseras que nos acercan los familiares de los presos. “Es imprescindible que se aplique el fallo del tribunal de casación provincial en el que el juez Víctor Violini resolvió la prisión domiciliaria de los grupos vulnerables, conforme lo establecido por la OMS. En el mismo sentido, debe continuar la mesa de diálogo, con participación directa de las personas detenidas, como medio eficaz para la resolución de los conflictos”, dice la CPM. Creemos que este es el camino. La acción de la justicia debe ser ahora, debe ser ya.

“Asimismo resulta de vital importancia que el poder ejecutivo garantice medidas de prevención adecuadas, implemente protocolos rigurosos de ingreso, provea de elementos como jabones, alcohol en gel, lavandina, barbijos, guantes, etc.”, dice la CPM y suscribimos.

Nos unimos a esta voz de justicia por nuestros hermanos y hermanas más desprotegidos en las cárceles de nuestra provincia. Es el mismo Jesús que está preso en ellos y en ellas. Es en el cuerpo de estos hermanos y hermanas que Jesús sigue padeciendo y muriendo.


Departamento de Pastoral Penitenciaria
Departamento Justicia y Paz
Vicaría de la Solidaridad
Diócesis de Quilmes

Quilmes, 22 de abril de 2020