10 de enero de 2018

En represalia a los vecinos, camioneros volcaron la carga de grasa en las calles de dicho barrio: lo hicieron luego de que la Justicia clausurara "Rendering", la empresa que acumula toneladas de animales muertos en un galpón abierto, generando insoportables olores nauseabundos

Tras la clausura de Rendering, los recolectores de grasa se pusieron en pie de guerra, tanto contra los vecinos que viven en torno a la empresa como contra la Justicia que falló a favor de la clausura de la empresa a raíz de la queja de los damnificados por los olores nauseabundos provenientes de la planta ubicada en Cerrito y 178, olores que afectan a toda esa zona de Bernal Oeste, Quilmes Oeste, Solano y la localidad de Wilde.
"La Mirada de Quilmes Oeste" fue el primer Medio en oír el reclamo vecinal y hacerlo público, reclamo testimoniado con fotos del interior del galpón, con toneladas de restos de animales dentro de un tinglado en forma de montaña. El calor reinante en las últimas semanas agravó la situación.
A raíz de la clausura, y con varios camiones cargados del sebo que recolectan de las carnicerías, un grupo de camioneros realizó una contraofensiva hacia los vecinos del depósito de grasa que pidieron la clausura: en torno a Zapiola y Camino General Belgrano realizaron un corte con 20 camiones y les arrojaron a los vecinos el sebo a la calle, a modo de venganza, en una tarde con una temperatura superior a las 31º. En cuestión de minutos el olor se hizo tan fuerte que varios vecinos se descompusieron por el nauseabundo impacto. 
Desde allí, diez camiones de transporte de sebo se dirigieron a la esquina de Yrigoyen y Videla, donde cortaron la calle frente a los Tribunales quilmeños. En dicha arteria céntrica, además del trastorno de tránsito ocasionado, el olor producido por la grasa en descomposición bajo el sol se dispersó rápidamente en toda la zona. Al lugar se desplazaron móviles policiales y de Patrulla Urbana para impedir que repliquen su accionar tras lo ocurrido en Zapiola y Camino General Belgrano.
Cabe recordar que los vecinos reclamaban la inspección y clausura de la empresa a causa de los olores nauseabundos que de allí se emanan, ya que el galpón donde acumulan los restos de animales se encuentra abierto y carece de tratamiento alguno del material en descomposición. La Justicia dio lugar a ello y la empresa se encuentra momentáneamente clausurada hasta que garantice poner en condiciones el lugar.