El segundo detenido por el crimen de José Zurita (27), el policía local acribillado el domingo en Ezpeleta, escondía una sorpresa: se llama Cristian Flores y era un preso que gozaba de salidas transitorias. Fue detenido cuando regresó a la Unidad 42 de Florencio Varela. Todavía buscan a un tercer cómplice.
A José Zurita, casado y padre de una nena, lo atacaron mientras esperaba el colectivo para regresar a su casa, frente a la estación de Ezpeleta, en San Martín al 5300. Los testigos vieron cómo dos personas se acercaron hacia él, mientras estaba distraído, para robarle el arma.
Según la reconstrucción de los hechos, y el resultado de la autopsia, el primer disparo se lo dieron de frente y él sólo llegó a cubrirse con el brazo. Después corrió unos 40 metros para refugiarse en un supermercado: no llegó a sacar la reglamentaria. Mientras escapaba le tiraron siete veces más por la espalda; dos de esos impactos lo hirieron en un glúteo y en el pulmón izquierdo. Falleció antes de que llegara la ambulancia.
Los atacantes eran dos y había un tercero que los esperaba en el Renault 9 gris en el que escaparon. El propietario legal del vehículo, Raúl Abel Sánchez, de 53 años, fue detenido en su casa horas después del crimen. Tenía antecedentes por robo a mano armada y ya había estado preso.
El segundo acusado fue capturado cuando regresó al penal después de un salida transitoria, el lunes a las 20.
El preso fue identificado como Cristian Agustín Flores Michel, quien tiene 26 años. Cumplía una condena de siete años y medio de prisión en el penal de Florencio Varela por una causa de 2009 unificada de “robo calificado por el uso de arma de fuego y por comisión en poblado y en banda”.
Según confirmaron fuentes judiciales, habría cumplido seis años de la pena cuando, con permiso de un juez penal, empezó a vivir en “las casas” dentro de la unidad penitenciaria, y a tener salidas transitorias: los domingos, Flores podía irse durante unas 30 horas. En los registros figura que salió de la unidad el domingo a las 14 y debía regresar el lunes a las 20. Así lo hizo. Pero además de visitar a su familia, participó del crimen de Zurita.
“Según los identikits y por el estrecho vínculo que tenía con el primer detenido pudimos identificar a Flores.
El domingo se dio aviso en el penal y esperamos a ver si se presentaba de regreso de su transitoria. Y lo hizo: inmediatamente lo trasladaron al pabellón”, detallaron fuentes policiales.
Ahora, deberá ser juzgado por “homicidio doblemente calificado, agravado por alevosía y por haber atacado a un integrante de las fuerzas de seguridad”.
El tercer implicado en el crimen sería el hijo de Raúl Sánchez, Carlos Abel Sánchez, apodado “Toro”, quien hasta anoche seguía prófugo.
Su padre declaró ante el fiscal Leonardo Sarra, de la UFI N°2 de Quilmes, e intentó desligarse de los hechos. “Dijo que esa noche él no había salido con su auto, y a la Policía le dijo que se lo había prestado al hijo”, confirmaron las mismas fuentes.
Flores declararía este miércoles como imputado ante el fiscal Sarra.