Ayer, si alguien deseaba cruzar la avenida Mosconi, en su esquina con la calle Catamarca, esto se tornaba imposible: por la falta de drenaje y las bocas de tormentas obstruidas había más de tres metros de agua en su extensión desde el cordón.
Por la tarde el cielo ya estaba soleado, pero el agua permanecía intacta y con el paso de los colectivos generaba grandes olas que mojaban a quien desgraciadamente estuviese pasando por la vereda.
