4 de julio de 2013

Horas de inmensa angustia vivió una mujer en Villa Iapi, cuando delincuentes entraron a su casa y, desesperados por dinero, dijeron que si no se lo daba, irían a buscar a los chicos

"Decinos dónde tenés la plata, porque si llegamos a encontrarla nosotros -así como mataron a tu hijo- vamos a matar a tus nietos". Con esa frase cobarde, delincuentes amenazaron a la madre del colectivero asesinado en 2012 en el Barrio Iapi, durante un robo que se registró ayer en la vivienda de la mujer, ubicada en esa zona de Bernal Oeste.
Aún con el dolor presente por el crimen de Edgardo Romero, la familia de la víctima vivió otro calvario en manos de la delincuencia. En diálogo con El Quilmeño (Fuente), Inés Romero -hermana del chofer de la Línea 36- dio detalles del hecho delictivo que sufrió su madre alrededor de las 7.30 de la mañana.
"Se metieron dos tipos en lo de mi mamá y le dijeron que solamente querían plata. Pero mi mamá es jubilada y vive con lo justo; así que les explicó que no tenía nada. Fue en ese momento que le insistieron para que confiese dónde escondía supuestamente los ahorros, porque si ellos llegaban a encontrar algo de dinero escondido, iban a matar a mis sobrinos como represalia", manifestó Inés angustiada.
Al escalofriante relato, Inés añadió que "la amenazaron con matar a mis sobrinos y le recordaron el asesinato de Edgardo", lo que deja en evidencia que los ladrones tenían conocimiento del hecho por el que se encuentra detenido un menor oriundo del Barrio Iapi.

Sentencia
Está previsto que este lunes -a partir de las 10 de la mañana- la Justicia de Quilmes dicte sentencia por el asesinato del colectivero de la Línea 36. En cuanto a la condena, la familia pidió la pena de 30 años de cárcel para el adolescente acusado. En ese sentido, requirieron que el joven no quede libre por ser menor de edad, al tiempo que destacaron el accionar de la Justicia.
El hecho que terminó con al vida de Edgardo Romero ocurrió en setiembre de 2012, en la esquina de las calles Chaco y 179 del Barrio Iapi. Según consta en la investigación, tres jóvenes interceptaron al trabajador con fines de robo, pero éste se resistió y lo atacaron a golpes y con armas blancas para sustraerle una mochila y una campera.
En el momento de su asesinato, el chofer volvía caminando a su casa después de haber cumplido con turno laboral en la empresa de transporte del Grupo Plaza.