26 de noviembre de 2012

QUEJAS POR UN ENORME BASURAL A METROS DE LA ESCUELA Nº 48

Quejas por un enorme basural a metros de la Escuela Nº 48

La montaña de residuos se incrementa todos los días con el “aporte” de vecinos que, frente al deficiente servicio de recolección, deciden dejar sus bolsas. Enorme basural al costado de la avenida Calchaquí.
  
Si bien el conflicto con la empresa recolectora de residuos no es nueva, sorprende de manera que desde el Municipio no se envíen cuadrillas para erradicar los basurales a cielo abierto que se generan cuando vecinos y carritos eligen un lugar para dejar sus desechos y se vuelve una montaña de mugre, como en la interseccion de avenida Calchaquí y Alem, en Bernal Oeste. La basura es tanta que los días de mucho calor es insoportable pasar por el lugar debido al fuerte olor nauseabundo que desprenden los residuos en descomposición que existen en el lugar, ya que si bien se observan algunas bolsas, la gran parte de la basura está desparramada por la vereda. Vecinos que habitan la zona o que poseen comercio allí denunciaron que es “muy común ver que algún vecino viene y tira allí su bolsa, cuando el basurero no se la llevó”. A este panorama se suma que el servicio de recolección que ofrece Covelia, “recolecta unos días y otros no”, por lo que es muy común que los vecinos “se deshagan de sus bolsas, arrojándolas donde ven montículos de basura, como en esta esquina o la que está enfrente justo cruzando Calchaquí”. Sin embargo, los reclamos se multiplican con el correr de los días y a medida que los vecinos se van hartando de vivir rodeados de basura, mal olor, moscas y hasta ratas, que hurgan entre la mugre, generando más desesperación entre los lugareños. “Esto es una avenida y no hay ninguna autoridad que se haga cargo de solucionar este basural, parecemos el basurero público, porque los carritos vienen y dejan ramas que traen de otro lugar y las tiran acá. Hasta ropa hay tirada, y eso provoca que no sólo los perros rompan las bolsas sino también la gente humilde que busca entre la basura”, esgrimió la vecina María Eugenia, quien vive cerca del lugar hace años. Se ve que es “una esquina abandonada” como expresan los vecinos, porque a la gran cantidad de residuos orgánico e inorgánicos, “se suma la poca iluminación del lugar, que propicia no sólo que tiren basura por la noche sino que hayan robos y ataques, porque los árboles son altos y tapan todo”, sostuvo un empleado de una fábrica cercana. De alguna manera el hecho de que esa zona esté más pobladas por galpones, estaciones de servicio y fábricas, hace que esté menos habitada por casas particulares, que son quienes podrían salir de inmediato cuando ven a alguien arrojar basura.