18 de marzo de 2012

EL QUILMEÑO MARAVILLA NOQUEÓ A MACKLIN CON DOS ESTOCADAS DE LUJO QUE LO DEJARON EN LA LONA

Maravilla arrolló a Macklin en los últimos rounds, y luego de derribarlo en dos oportunidades en el undécimo asalto, la esquina del europeo decidió que no saliera al último

Con una rapidez impresionante "Maravilla" le enterró a Macklin un izquierdazo en la mandíbula que lo hizo trastabillar. Poco después de haberse reintegrado volvió a derribarlo al final de ese round por lo que la esquina de Macklin decidió que ya no debía salir a combatir en el último asalto, declarándose así el nocaut técnico a favor del argentino.

  
El argentino Sergio "Maravilla" Martínez, campeón Emérito y de Diamante mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), venció por nocaut técnico antes de comenzar el duodécimo round a Matthew Macklin, triunfo que hace inminente la concreción de un combate millonario con el mexicano Julio César Chavez junior, titular regular de la categoría.

No fue su mejor noche, y esto no fue tanto mérito de Matthew Macklin, sino defecto del argentino. Como él mismo aceptó, tras la pelea, conversando con Larry Merchant, "Pensé que iba a atacarme mucho más". No lo hizo el boxeador de origen irlandés, y eso le dio más trabajo a un Maravilla Martínez que volvió a trabajar en el aire, bajando los brazos y apostando a una contra que no llegó fácil, porque el rival no atacó frontalmente como él esperaba. Ahora bien, más allá de los que hayan visto una pelea complicada, digamos que cuando el argentino comenzó a apretar el acelerador, el irlandés comenzó a perder lo más importante que puede tener un boxeador: la confianza en sí mismo.

Y, entonces, cuando apenas faltaban dos, tres asaltos para que la pelea terminara en The Theatre -el escenario menor del Madison Square Garden de Nueva York-, empezó a apretar el acelerador Martínez... Y, paralelamente, comenzó a derrumbarse su rival. "Es como talar un árbol, a la larga se iba a caer, era cuestión de tiempo", dijo Sergio. Y no se equivocó, porque así terminó la pelea. Macklin ya no era el mismo, el argentino ganaba en confianza, empezó a tirar más golpes y, tras la primera caída, en el 11° asalto, cuando se levantó, Matthew ofreció un rostro súbitamente gastado, lacerado, sangrante, el rostro de la derrota. Volvió a tirarlo Martínez, lo salvó la campana al rival y Buddy McGuirt terminó de rescatarlo cuando, faltando apenas tres minutos de acción, decidió retirarlo de la pelea. Era inútil. Martínez volvió a ganar, sin lucir quizás, pero cuando llegó el momento de la verdad, definió en serio, sin dejar dudas, descargando un estiletazo a fondo digno de un torero de estirpe. Ganó Maravilla, y ahora habrá que esperar a una sola cosa: ¿Se animará Julio César Chávez, ahora, de una vez por todas, a pelear con él?