12 de octubre de 2011

SAHAGÚN SE QUEJÓ Y DENUNCIÓ QUE “EL BLOQUE DE GUTIERREZ Y EL PRO IMPIDIERON DECLARAR DE INTERES PUBLICO LA TAREA DE LA COMISION PRO DESTITUCION DE JULIO CASANELLO”

Impiden tratar el proyecto de declaración de "Interés Público" para las tareas de la comisión "Pro destitución de Julio Casanello"

ESTE MARTES, Y A PESAR DEL ACUERDO PREVIO DE TRATAR "SOBRE TABLAS" LA DECLARACIÓN DE "INTERÉS PÚBLICO" DE LAS TAREAS DE LA COMISIÓN "PRO DESTITUCIÓN DE JULIO CASANELLO", LOS BLOQUES DEL OFICIALISMO, ALIADOS Y EL PRO NO DIERON QUÓRUM IMPIDIENDO QUE LA SESIÓN SE CONCRETE. EL EDIL MARIO SAHAGUN (ARI), PIDIÓ SESIONAR EN MINORÍA, Y ÉSTE FUE SU DISCURSO:

"Me voy a referir a éste proyecto que hemos decidido mayoritariamente tratar sobre tablas, y que vuelve sobre una inquietud que venimos planteando desde 2008, en relación a la figura de uno de los actores en cuya espalda está la responsabilidad de haber sido la máxima autoridad quilmeña en plena dictadura militar, Julio Casanello.

Desde lo formal, no me caben dudas que habrá muchos párrafos echados a andar por los eternos buscadores de excusas para decir que lo que hoy hacemos carece de cualquier efecto vinculante. Es cierto, además.
No tiene el peso coercitivo que tiene toda norma que se sanciona en éste ámbito. Sin embargo, la esfera de los valores humanos más profundos es anterior a cualquier ordenamiento jurídico formal, y es tan simple como eso lo que acompañamos. La tarea de un grupo junto al cual, aunamos esfuerzos para intentar rescatar a la sociedad de las acciones de un sujeto que se da el lujo de administrar justicia con sus manos o su lapicera manchadas de sangre. Lo mismo da. La acción o la omisión, señor presidente, aquí no marca diferencias.
Casanello estaba ayer sentado en un lugar de privilegio en la confianza de los genocidas. Hoy está sentado en un lugar de privilegio dentro del Poder Judicial, ese rincón en el que el sistema deposita el último reaseguro. Algo intuitivamente monstruoso se desprende de esa secuencia. Algo que debe repararse ya y sin pérdida de tiempos.
Cuando Julio Casanello salió hace tres años de la presidencia del Comité Olímpico Argentino, escapado como un roedor cuya cueva vio la luz, dijo que era “víctima de una campaña”….
Si sabrá él de campañas.
En 1979 fue presidente de la delegación argentina que acompañó a la selección juvenil al Mundial de Fútbol de Japón. Allí se acuñó aquella leyenda que pretendía esconder lo que los organismos de DDHH ya denunciaban como una dictadura genocida. En ese tiempo se pergeñó aquel tristemente célebre “Los argentinos somos derechos y humanos.”
Insisto señor presidente, si sabrá de campañas este sujeto.
Es verdad que estamos en una campaña. Una campaña que acompaña a las Madres, a los Hijos y a los bien nacidos que si saben lo que significa querer decir “Nunca Más”.
Salimos de lo formal, y nos metemos conscientes y convencidos, en éste colectivo que nos ha juntado a todos, en una lucha que no dará ni un paso atrás.
Porque somos capaces de lograr que Julio Casanello se vaya de la Justicia, echado como corresponde a todo indigno.
Porque su condición de genocida civil no necesita que su mano haya disparado, picaneado ni robado. Porque con solo haber acompañado a quienes lo hacían, tejió su condición.
El día que asumió como comisionado en nuestra ciudad, Casanello hizo dos cosas: la primera fue felicitar al comodoro Osvaldo Gally, en cuya gestión estuvieron en pleno apogeo los centros clandestinos de detención Pozo de Quilmes, Puesto Vasco y la maternidad clandestina del Hospital Iriarte. Pero además, recibir la felicitación efusiva y en persona del general Ibérico Saint Jean, autor de uno de los párrafos más monstruosos que la historia recuerde: "Primero mataremos a los subversivos, luego a sus colaboradores y después a sus simpatizantes” y asi seguía con su saga asesina hasta los tímidos…."
Es Casanello quien debe responder por el paradero de Francisco Romeo Barreta y Lindolfo Pablo Gómez, desaparecidos en junio de 1980 y 1981, respectivamente.
Es él quien debe responder por los cientos de legajos municipales que fueron girados a la inteligencia militar.
Las conductas de Casanello fueron actos de lesa humanidad y su permanencia en el cargo es un acto de lesa ética y lesa razón. Es simple el grito: FUERA CASANELLO."