19 de julio de 2011

ESTE FIN DE SEMANA EL FORO DE DIVERSIDAD SEXUAL Y EL FORO DE DIVERSIDAD RELIGIOSA CONVOCARON A UN ENCUENTRO DE CINE-DEBATE

El profesor Guillermo Ñáñez brindó la bienvenida y aseguró que “nosotros creemos y queremos en todo aquello que nos iguale. Lo primero que debemos hacer es debatirlo”

EL SÁBADO 16 DE JULIO DE 2011 A LAS 17 HORAS, EL FORO DE DIVERSIDAD SEXUAL Y EL FORO DE DIVERSIDAD RELIGIOSA CONVOCARON A UN CINE DEBATE DE LA PELÍCULA "PLEGARIAS PARA BOBBY" (2009) DE RUSSELL MULCAHY.
 

En la Dirección Municipal de Derechos Humanos de Varela se realizó un encuentro significativo. Para Varela, para el Conurbano, para todos aquellos que luchan por acrecentar los derechos. Para que todos seamos más iguales.
Se llenó la Casita de Derechos Humanos de vecinos. Luego de unas palabras de Marcelo Márquez que enlazó la igualdad de derechos de las comunidades Lésbico-Gays-Bi-Trans con la diversidad en lo religioso, además resaltó el compromiso de la Municipalidad de Varela, en cuanto Estado por fomentar los espacios de participación. Alejandra habló de la importancia del espacio de los Foros y por la concurrencia ante ésta problemática.
Por último, el Prof. Guillermo Ñáñez brindó la bienvenida y aseguró que toda instancia de participación para garantizar más derechos, donde los compañeros y compañeras se organicen es válido. Nosotros creemos y queremos en todo aquello que nos iguale. Lo primero que debemos hacer es debatirlo.
La película "Plegarias para Bobby" está basada en la novela homónima de Leroy Aarons, que a su vez se basa en una historia real ocurrida en los años setenta. Bobby Griffith era un chico adolescente gay que se suicidó a causa de la intolerancia religiosa de su madre y de la comunidad.
Después del trágico evento su madre comprende la homosexualidad de su hijo y empieza a luchar por la causa. La película está protagonizada por Ryan Kelley como Bobby Griffith y Sigourney Weaver como su madre, Mary. Mary Griffith es una cristiana devota, que cría a sus hijos con las enseñanzas conservadoras de la Iglesia Presbiteriana. Sin embargo, cuando su hijo Bobby le confiesa a su hermano mayor que puede ser gay, la vida cambia para toda la familia después de que Mary se entera de su secreto.
El padre de Bobby, su hermano y hermanas poco a poco empiezan a aceptar su homosexualidad, pero Mary cree que Dios puede "curarlo". Ella lleva a Bobby a un psiquiatra y convence a Bobby a orar más y buscar consuelo las actividades de la Iglesia en esperanza de que él pueda cambiar. Desesperado para que su madre lo acepte, Bobby hace lo que se pide de él, pero a pesar de todo, la desaprobación de la Iglesia de la homosexualidad le hace crecer cada vez más retraído y deprimido.
Afectado por la culpa, Bobby se muda temporalmente con su prima, con la esperanza de que algún día, su madre lo acepte. Se traslada a Oregón renunciando a sus esperanzas de derrotar a su homosexualidad. Él encuentra un novio, David, en un bar gay. Su depresión posterior y auto-odio se intensifica a medida que se culpa por no ser el hijo "perfecto" y toma un clímax luego de ver a su novio en compañía de otro chico. En un momento de depresión salta de un puente de una autopista muriendo instantáneamente.
Frente a la tragedia, Mary comienza a cuestionarse a sí misma y la interpretación de su iglesia de la biblia. A través de su largo viaje emocional, Mary lentamente se dirige a la comunidad gay y descubre un apoyo inesperado de una fuente muy poco probable. Ella conoce a un reverendo local, que la convence para asistir a una reunión de Padres, Familiares y Amigos de Lesbianas y Gays (PFLAG). Es allí donde se da cuenta de que ella sabía que Bobby era diferente desde la concepción, y que Dios no lo sanó porque no había nada malo con él.
Mary se convierte en una defensora de los derechos de los homosexuales y, finalmente, da un discurso en una reunión del consistorio de la ciudad en apoyo de un día festivo local para celebrar a los homosexuales. Mary incita a la gente a pensar antes de hablar o apoyar a la homofobia, "un niño está escuchando". La medida es rechazada, pero junto a su familia viaja a San Francisco y con miembros de la PFLAG participan en un desfile del orgullo gay, durante el cual se ve a otro joven parecido que Bobby. Mary se acerca y lo abraza, finalmente, acepta la muerte de su hijo y se compromete a trabajar arduamente por los derechos de gays y lesbianas.