Vivir y envejecer con dignidad
Qué es: El caballo mayor es un ser que ha entregado años de vida al trabajo, al deporte o simplemente a acompañar. Cuando llega a la vejez, necesita cuidados específicos: una alimentación blanda, equilibrada y nutritiva que le permita mantener peso y energía; revisiones dentales y osteoarticulares regulares para detectar a tiempo problemas de masticación, desgaste o dolor; rutinas de movimiento suaves y un ejercicio moderado que mantenga la movilidad sin forzar su cuerpo. Su longevidad y calidad de vida no dependen del azar, sino de una atención constante y consciente.
⚠️ Cuando falta cuidado:
Negligencia: ignorar la necesidad de adaptar la dieta, posponer controles veterinarios o no atender a su movilidad genera deterioro silencioso. El caballo empieza a perder peso, masticar con dificultad y sufrir rigidez progresiva.
Maltrato o exceso: la sobreexigencia física en caballos mayores, el abandono, el trabajo forzado o incluso la privación de alimento terminan provocando dolor crónico, desgaste irreversible y un sufrimiento físico y psicológico que marca sus últimos años. En los casos más extremos, estas situaciones pueden condenar al caballo a una vejez indigna y llena de carencias.
🔍 Señales de alarma / cómo detectarlo:
Un caballo mayor puede estar pidiendo ayuda si presenta dificultad para masticar, pérdida de peso sin causa aparente, rigidez articular, apatía o menos interacción social. También los problemas digestivos recurrentes y la falta de brillo en el pelaje son señales claras de que algo no anda bien.
🛡️Cómo prevenirlo:
La clave está en una dieta adaptada a su edad y dentición, revisiones dentales y osteoarticulares frecuentes, rutinas suaves con ejercicio moderado y acceso a espacios seguros. También la compañía y el contacto social, fundamentales para su bienestar físico y emocional.
Acompañar a los caballos en la vejez es un acto de gratitud y respeto. En Zorba Horses rescatamos caballos del maltrato y abandono, y aquí encuentran un santuario donde vivir con paz y cuidados. Algunos se quedan hasta su último día, otros van a hogares seguros. Todos merecen terminar su vida con dignidad, amor y libertad.