Con Parisi como figura, el Cervecero barrió al Funebrero en el estreno del Huevo: 4-0.
Levanta la copa bien alto y brinda en honor del debutante. Después de la salida de Darío Franco y la victoria ante Estudiantes de Caseros en el interinato de Ian Romano, Quilmes le dio la bienvenida de la mejor manera a Sergio Rondina. En su primer partido al frente del equipo, el entrenador se llevó un regalo inesperado: gran 4-0 en San Martín para profundizar el bajón anímico de un Chacarita que sufrió su tercera derrota consecutiva.
Este Cervecero, mucho más parecido a la versión del inicio del torneo que lo llevó a ser líder durante gran cantidad de fechas, no cambió demasiado en cuanto a nombres. El cambio central estuvo en lo actitudinal, algo que ya había reflejado en la fecha pasada.
El 1-0 de penal de Lautaro Parisi fue un golpe suficiente para un Funebrero que no tuvo alma y que, como si fuera poco, tuvo el estreno de su dupla de centrales (Cardozo desde el inicio y Daniele ingresando desde el banco), una ventaja muy notoria frente al hambre de los puntas de la visita. ¿Luego? El Rayo González metió el segundo de cabeza y el Toro, la gran figura de Quilmes, decoró el 4-0 con otros dos tantos para el hat-trick en su cuenta personal.
Sergio Rondina debutó en Quilmes con un triunfo y retornó al fútbol de Ascenso luego de cinco años. ¿Su último paso por el Nacional? Arsenal, equipo con el que logró subir.
