El Cervecero dejó atrás el mal trago de la Copa Argentina y venció a All Boys para alcanzar a San Martín de Tucumán. La conexión entre Ramiro Luna y Axel Batista con taco incluido, el pase filtrado del 10 y la definición cinco estrellas de Lautaro Parisi dejando a Alejo Tabares y a Lisandro Mitre tirados en el piso. El gol de la victoria de Quilmes sirve para demostrar el fútbol que intenta llevar adelante. Es cierto que la idea de Darío Franco no siempre se puede llevar adelante, pero este equipo intenta siempre y tiene el arco entre ceja y ceja. La victoria ante All Boys para alcanzar a San Martín de Tucumán en la punta de la Zona A fue desahogo que se sintió en todo el estadio Centenario. La ilusión de un gran inicio del 2024 llevó a los hinchas a soñar con pasar de ronda en la Copa Argentina, pero la dura derrota frente a Central Córdoba de Santiago del Estero hizo que el grupo quedara golpeado. Por eso, el Cervecero necesitaba levantarse rápidamente, deja atrás el mal trago que significó la eliminación del torneo federal y mentalizarse en dar vuelta de página ante un Albo que buscaba dar el golpe y acercarse a lo más alto. El partido estuvo claro desde el inicio: el local intentó mover la pelota y romper con una dura defensa rival. Luna puso el fútbol, Batista el desequilibrio, Tomás González la potencia ofensiva y el Toro Parisi un golazo para desatar la locura de miles de fanas. Quilmes es un equipo completo, que sabe defender (es la valla menos invicta con dos goles en contra), que sabe manejar los tiempos y que tiene el hambre de gloria para ir por la meta. Así, el Cervecero sigue siendo el único invicto en la Primera Nacional y va por todo.
