Comunicado de Trabajadores autoconvocados del Hospital de Quilmes:
"EL HOMENAJE QUE NO SERÁ
"El tomógrafo está roto", nos dice, apesumbrada, una médica antes de dejar la guardia, después de 24 horas de colapso y falta de camas. "Estoy trabajando gratis hace seis meses; prometieron el pago para febrero pero seguimos sin cobrar", asegura una mucama. "La fábrica de oxígeno ya no funciona", nos refiere un trabajador de maestranza. "Con la lluvia debimos cubrir los equipos para que no se mojen", plantea un técnico. "Por los subsuelos vamos llevando la comida, saltando charcos y pisando ratas", se descarga una empleada tercerizada de la cocina. "El inodoro está tapado" nos refiere el familiar de un paciente. "No hay agua caliente", dice otro. "Estamos en un edificio con peligro de derrumbe y ya pasó más de un año de la promesa de nuevo edificio, por el que hemos peleado todos los trabajadores", plantea una enfermera de la internación que está sola en su servicio. "No dan las manos, pero en lugar de ingresar más personal, hacemos el doble de trabajo", sostiene un enfermero de guardia. "Termino la guardia agotado física y mentalmente, por la intensidad del trabajo y por el maltrato laboral", afirma un administrativo.
Mañana, 8 de marzo, es el día de la sanidad, y no habrá homenajes, más que actos de campaña electoral, porque el único homenaje real a todos aquellos que enfrentaron la pandemia con su esfuerzo y su vida, sin vacaciones y con salarios por debajo de la línea de la pobreza, es el nuevo edificio de internación pediátrica y de adultos, condiciones laborales dignas, salarios por encima de la línea de la pobreza, personal suficiente para que la institución funcione, mayor presupuesto para la salud primaria del municipio que permita descomprimir el inmenso trabajo del Hospital Iriarte, y poner fin a la violencia laboral. No hay respuestas mágicas: solamente hay que abrir el diálogo con los trabajadores y trabajadoras, cerrarle las puertas a las mafias y no dejar de luchar por el hospital público de calidad, integral y plenamente gratuito que soñamos.
¡SALVEMOS AL HOSPITAL IRIARTE!