15 de diciembre de 2021

Habló Eduardo González, el quilmeño que sacó al Kun de la Villa y lo llevó a debutar en Primera: "su pasado es muy doloroso, la Villa Eucaliptus no era un buen entorno para este futbolista, si no se hubieran cruzado nuestros caminos no sé que hubiera pasado en lo futbolístico, pero estoy seguro que hubiera terminado mal en lo humano, porque en lo que es lo futbolístico, Agüero ya estaba predestinado a ser una estrella mundial"


Sergio Agüero se crió en la Villa Eucaliptus, un barrio muy pobre de Quilmes Oeste. Allí se fijo en él Eduardo González, gracias a la insistencia del padre del Kun. Su descubridor contó su viaje desde la miseria hasta la élite, cuando Ruggeri le hizo debutar en Independiente con apenas 15 años.

Dueño de una empresa de "matafuegos" (extintor de incendios), González estuvo en el lugar indicado en el momento justo. Cuando el Kun apenas tenía 8 años y un futuro incierto, más cercano a la pobreza que a este presente de estrella. "Fue hace mucho, pero lo tengo presente. Hace 15 años yo era el entrenador de un equipo de fútbol de adultos. En ese equipo jugaba Leonel, el papá de Sergio. Jugaba bien, tenía mucha actitud, y un día tuve una conversación que me quedó grabada: 'Motoneta, mi hijo juega bárbaro. Venga a verlo, confíe en lo que le digo'. Por eso creo que al Kun yo no lo descubrí. Lo descubrió el papá. Y cuando lo vi, dije: 'Tenés razón, éste nació para jugar al fútbol, es distinto, me convenciste'".

La ventana de la casa del Kun daba al potrero. Y él se escapaba por ella para irse a jugar al fútbol con los chavales del barrio. Muchas veces se metía a jugar con personas más grandes, y su madre, preocupada, debía ir a rescatarlo para que no lo lastimaran. Precisamente, el instinto por evitar los golpes de los rivales hicieron que moldeara su estilo tan acelerado y su regate difícil de frenar. En lugar de cuadernos, Agüero prefería darle a la pelota. González tardó 10 años en sacarlo de la pobreza. Cuando el pequeño tuvo 8 años, su descubridor consiguió que al Kun (su abuelo le puso ese apodo porque estaba todo el día dando saltos como un personaje de dibujos animados japonés) lo ficharan en Independiente. A la familia le consiguieron una casa. Y al papá de Sergio, un coche para que pudiera trabajar. La familia empezó a recibir dinero. Cuentan que Agüero hablaba muy bajito y que además del fútbol, le gustaba dibujar. Antes de Independiente había jugado en varios clubes de barrio, como Los Eucaliptus, Loma Alegre Futbol Infantil, 1 de Mayo, 20 de Junio y Los Primos. "Yo sabía que iba a llegar, no fueron días sencillos. Siempre creí que iba a ser uno de los mejores del mundo", cuenta González.

En 1998, su papá se quiso ir a Tucumán porque estaba en el paro. Era chófer y la empresa en la que trabajaba quebró. No tenía dinero ni para llevar a su hijo a los entrenamientos. Para retenerlo, Independiente le compró la ficha al niño y al papá de Sergio le dieron un trabajo como utilero del club. "Cuando Ruggeri llegó como entrenador de Independiente, no conocía al Kun. Yo le dije, mirá que este pibe la va a romper. Ya en las inferiores era conocido por todos. Los padres de los niños rivales incluso le gritaban a sus hijos: '¡Páralo, rómpelo!' No lo podían frenar. Entonces Ruggeri lo fue a ver y se quedó sorprendido. De ahí lo llevó a Primera". Agüero saltó al profesionalismo con 15 años, 1 mes y 3 días. Su último logro con la selección fue la obtención de la Copa América. Terminó jugando en el Barcelona, uno de los clubes mas poderosos del mundo Hoy se retiro entre legrimas por problemas de salud. Sin Eduardo González jamás hubiera llegado donde llegó, desde un potrero de la Villa Eucaliptus a triunfar en el futbol mundial.