David Juan Carlos Piriz era de esas personas que, a fuerza de su carisma y personalidad, llegan a ostentar -con orgullo- el mote de personaje. Con sus bailes y recitados improvisados y con su mera presencia, el “Fichi” (o “Fich”, como lo conocían todos en Quilmes) se metió en el corazón de todos y cada uno de los vecinos. No solo su arte callejero eran su rasgo distintivo, sino también su gran corazón y ese cariño mutuo y correspondido que cada uno que alguna vez interactuó con él experimentó.
Pero en la madrugada de este martes, la vida del Fichi encontró su trágico final luego de que un automovilista -que se dio a la fuga- atropellara al joven en el camino General Belgrano, cerca de la intersección con 12 de octubre, en la localidad bonaerense de San Francisco Solano. Y aunque este personaje icónico de la peatonal Rivadavia (Quilmes) era muy querido y famoso por sus vecinos, sus intervenciones callejeras llegaron a ser noticia en todo el país gracias a la viralización en internet y en las redes sociales.
La vida del Fichi no fue nada fácil, pero ni siquiera eso lo frenaba en su felicidad, alegría y sus enérgicas ganas de bailar. El joven, cuya edad exacta se desconoce, presentaba un retraso madurativo y era muy común encontrarlo bailando con perfectos movimientos en la peatonal quilmeña, mientras la música frenética y electrónica emanaba de un parlante que llevaba siempre con él.
De esta manera el joven intentaba ganarse la vida, ya que siempre tenía consigo -además- una caja para que la gente pudiera colaborar dándonle algo de dinero. Todas las novedades relacionadas a su arte o a su estado de salud se iban conociendo del boca en boca e, incluso, en algunos diarios de Quilmes las noticias sobre distintos episodios que lo involucraban solían ganar algunas portadas.
¡Si hasta tenía (o tiene) un canal de YouTube propio en el que pedía a la gente que compartan los videos que le filmaban mientras bailaban! Se trata del canal “Fichy genial”, que cuenta con más de 1.500 suscriptores.
INTERNADO
Para muchos vecinos de Quilmes, el Fichi ya era parte del “patrimonio quilmeño”, tanto que sus noticias alegraban o entristecían a toda la comunidad. A principios de enero del 2020, se supo que el joven estaba internado en una clínica psiquiátrica de Avellaneda.
Se desconoce cómo llegó al lugar, pero lo cierto es que había sido su hermana quien -días antes- había compartido en Facebook un desesperado pedido para quien pudiera aportar datos del paradero del joven artista callejero. Y también fue la mujer quien, una vez que supo que el Fichi estaba en ese establecimiento, llevó tranquilidad a todos en la misma red social.
Dada su situación, David Piriz estaba medicado de forma constante. Y también en más de una ocasión se especuló que el joven había abandonado la medicación, algo que podía deducirse con solo ver su actitud y apariencia
A fines de 2018, mientras realizaba uno de sus espectaculares y artesanales bailes, el Fichi sufrió una lesión en la peatonal Rivadavia de Quilmes. Sin embargo, menos de un mes después la gente volvió a deleitarse cuando lo encontraron nuevamente en su hábitat y haciendo lo que más le gustaba y mejor hacía: bailando, ya sin el yeso en su brazo.
ACCIDENTE FATAL
Según consignaron distintos medios de Quilmes durante las últimas horas, el Fichi Piriz murió atropellado durante la madrugada del martes. Alertados por un grave accidente, personal policial llegó a la zona de camino General Belgrano casi 12 de octubre y allí se encontraron con un joven de “unos 21 años, de contextura delgada, tez blanca y cabellos oscuro tirado en la cinta asfáltica”.
Fueron los efectivos policiales quienes identificaron a la víctima como el querido Fichi, David Juan Carlos Piriz. A raíz de lo que se logró reconstruir por parte del relato de testigos, aparentemente Piriz intentó cruzar de forma imprevista la calle y allí fue atropellado por un conductor. Más allá de la imprudencia del Fichi, lo cierto es que quien arrolló al joven se dio a la fuga.
La causa está siendo investigada por la Unidad Fiscal 9 de Quilmes como homicidio culposo.
