La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, recibió el alta tras operarse en el Hospital Austral de Pilar de un tumor benigno en el cuello. Su desafío, dijo, será volver a sonreír, ya que producto de la intervención quirúrgica tiene paresia y necesita recuperar la movilidad de los músculos de la cara. Pero antes del jueves, el día que fue operada, un grupo de “trabajadores agrupados” del Hospital Iriarte de Quilmes escribió una carta abierta con fuertes reclamos por la infraestructura del edificio y los salarios del personal.
La carta, dirigida a Mendoza, arranca así: “Estimada, soñamos con un hospital con la calidad, confort y estética como la del hospital donde le harán el procedimiento quirúrgico, porque los trabajadores de salud del Iriarte y los alrededor de 700 mil habitantes de Quilmes lo merecemos”, escribió este grupo autoconvocado.
“Según trascendió en los medios de comunicación, se realizará el procedimiento en el lujoso Hospital Austral y no en nuestro Hospital Iriarte de Quilmes; eso también nos apena”, se afirmó en la misiva dirigida a la intendenta.
Entre los principales cuestionamientos que se desprenden del texto, la mayoría está relacionado con la infraestructura del edificio, que es administrado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Según el testimonio de este grupo de trabajadores, en Quilmes -y lugares aledaños-, la población que llega al Hospital Iriarte se encuentra con que de los cinco quirófanos “solo funcionan tres”.
“Durante tres meses no tuvimos tomógrafo; todo el pabellón de internación (cirugía, pediatría y clínica) está en un edificio agrietado y peligroso, sin agua caliente, sin picaportes, con enchufes rotos, con cables colgando de los techos, con camas rotas y colchones en mal estado, y a veces sin luz; los baños (en su mayoría) no funcionan o están clausurados; hay faltantes de insumos y medicación; el escaso personal técnico hace magia con la anticuada aparatología que poseemos; las especialidades cada vez son menos; el sistema de turnos está colapsado y los equipos de salud están incompletos”, explicaron en el texto.
También reclamaron por los salarios, que “están por debajo de la línea de pobreza a pesar de ser el motor y la mano de obra que sostiene el sistema de salud en la primera línea de batalla contra la pandemia”
Según explicaron, “la miseria hace que un trabajador de la sanidad deba tener dos, tres o más trabajos, lo que acrecienta el agotamiento y significa una doble o triple exposición al virus”.
En diálogo con LA NACION (FUENTE), uno de los referentes de los trabajadores explicó que la carta abierta a la intendenta es simbólica. “Necesitamos visualizar problemas que son muy graves desde hace más de 20 años”, afirmó. Y agregó: “Un pabellón está a punto de derrumbarse y hay problemas graves estructurales. La última reforma significativa se hizo en la década del ‘90. Desde entonces no se hace nada y quedó un pabellón y medio a medio terminar”.
En este contexto, este grupo de trabajadores -que según explicaron a LA NACION no se sienten “representados por los gremios”- pidieron por el pago del bono al personal como “como el que acordó la CGT, de 100 mil pesos”. “Y no los miserables 6500 pesos que prometió en abril el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, y que aún ni siquiera ha pagado”, enfatizaron.
6 de julio de 2021
Trabajadores del Hospital de Quilmes a la Intendenta Mendoza: “Un pabellón está por derrumbarse”
julio 06, 2021
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