Quilmes tuvo que batallar para quedarse con tres puntazos ante Almirante Brown. El 3-1 fue una cuestión anecdótica, en medio de los chispazos que se sacaron los jugadores. Para eso, contó con un Mariano Barbieri que dejó todo para ser la figura de la tarde en el Centenario. Sí, hasta dos dientes en el primero de los dos goles que convirtió. El local tuvo un arranque soñado, de esos que no se suelen presentarse con facilidad: se adaptó mejor al trámite del partido, le sacó jugo a las fallas de La Fragata y se encontró con un Barbieri encendido. Primero, el 10 puso la cabeza en un gol accidentado. ¿Por qué? En su intento por rechazarla, Agustín Dáttola le pegó en la boca a su rival y le terminó sacando dos dientes. “Fue una desgracia, pero los encontraron”, dijo el delantero después del partido. Además, asistió a Brandon Obregón en el 2-0 parcial y, un poco más tarde, convirtió otro.
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