"Baltazar murió. Y murió con todo lo que implica ser un caballo de carro.
Durante 9 días se la pasó colgado de un arnés eliminando basura. Con un dolor imparable. No podía ponerse en pie por el daño terrible que su cuerpo había sufrido de tanto ser golpeado por los carreros. De tanto pasar necesidades.
Cada vez que caía, ya sabíamos que algo terrible venía. Baltazar no pasó un solo día en el que no despidiera bolsas de nylon, cables, hilos y basura de sus intestinos.
Pero cuando murió, nos encontramos con un panorama aún peor: encontramos tapas de cerveza, alfileres de gancho, clavos, piedras, vidrios, cascotes, cables, tachas de pantalones, resortes y la lista seguía. Eran dos jarras completas llenas de metales y basura.
¿Acaso se pueden dar una idea del hambre que hay que padecer por meses para comerse esa cantidad de basura? Todo por la única razón de ser castigado a vivir atado a un carro.
¿Se dan una idea de ese dolor? ¿De ese sufrimiento? ¿De ser apartado de una familia para luego tirar de un carro entre golpes y más golpes? ¿De la tortura que es?
Baltazar tenía cerca de 20 años. Era un abuelo. Jamás tiró de un carro durante esa cantidad inmensa de años por la simple razón de que un caballo que es atado a un carro - sin importar si es atado de potrillo, de adulto o siendo un abuelo como él - no resiste más de 6 meses a 1 año en esas condiciones. Los caballos de carro estan condenados a morir en un puñado de semanas, pero en una total agonía.
Baltazar fue robado para padecer el suplicio de tirar de un carro. Para comer basura. Para ser golpeado hasta quedar tirado. Para conocer el miedo en carne propia sufriendo hasta el ultimo aliento de vida.
Baltazar no tenía grasa alguna rodeándole su corazón. Ésta grasa es la última que pierde el cuerpo por más desnutrido que esté. Y él no la tenía. Lo han hecho pasar tanta hambre, que lo dejaron sin nada.
Lamentablemente no es el primer caso que vemos así. Son muchos los que llegan en este estado y a todos se les repite el patrón.
Desde nuestro lado, y con el corazón roto, solo queremos decir una cosa: ojalá Baltazar haya muerto para abrirle los ojos a alguien más. Si estas leyendo esto, compartí, difundí para que este flagelo termine. Más del 60% de las personas que te rodean no sabe lo que pasa con los caballos de los carros.
Estamos en el siglo XXI, existen otros medios de transporte, les guste o no a los sindicatos de carreros que perpetúan la pobreza de sus afiliados y el dolor de los animales. La connivencia gubernamental de décadas, debe terminar.
LOS CABALLOS EN LOS CARROS NO PUEDEN EXISTIR MÁS
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- HASTA QUE EL ÚLTIMO CABALLO SEA DESATADO DEL CARRO -
#CaballosDeQuilmes