El brutal crimen de Marquitos (el joven de 18 años asesinado por defender a su papá de un robo) despertó al pueblo de Quilmes que, en una ciudad donde los delincuentes se mueven con total impunidad, cayó finalmente en la cuenta de que Marquitos puede ser cualquiera de nosotros. Por los constantes robos a toda hora, ataques de motochorros, violentas entraderas y homicidios en ocasión de robo, la vida del quilmeño pareciera no tener ningún valor para los funcionarios comunales, en un Quilmes donde los vecinos salen a trabajar con el miedo y la incertidumbre de no saber si van a volver. Lejos de escuchar a la gente, fiel a su estilo la líder de “La Cámpora de Quilmes” actúa de forma negadora y acude a la absurda estrategia de tildar de gorilas y cipayos a los vecinos que se manifiestan contra la Inseguridad. En medio de la ebullición social, nadie comprende como Mayra Mendoza sigue sosteniendo a su inefable Secretario de Seguridad, el militante Gaspar De Stefano.
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