Mayra Mendoza rompió una de las bases fundamentales de la democracia: que todos los ciudadanos somos iguales y que nadie debe tener privilegios sobre otros, sean militantes o funcionarios de su espacio político.
Los vacunatorios VIP en Quilmes fueron la gota rebalsó el vaso: los beneficiaros de la vacuna fueron los amigos del poder, en una siniestra práctica sistémica donde se decide qué quilmeño va vivir y qué quilmeño va a morir.
El mensaje fue contundente. Los vecinos están hartos, y se lo hacen saber a una Jefa Comunal que, sumamente debilitada, se fue a Río gallegos a buscar respaldo en el riñón duro del kirchnerismo.
El análisis político que llega desde el PJ local sobre la marcha:
Mientras a los peronistas que trabajan para la municipalidad se les baja la orden de defender a la Intendenta en Facebook y Twitter (con la orden estricta de intentar a toda costa achicar la marcha, decir que eran 10, que son oligarcas, macristas, odiosos, y todo lo mismo de siempre) los referentes peronistas históricos del distrito se sienten perjudicados y sienten que se están hundiendo "de manera injusta" por culpa de "las cagadas de La Cámpora".
Desconcertado, el peronismo quilmeño (acostumbrado a marcar agenda) siente que pierde la calle y busca desesperadamente liderazgo en cualquier cuadro político del PJ que les salve "las papas del fuego", pues Mendoza demuestra día a día no estar a la altura de las circunstancias y su agrupación política, "La Cámpora", se ha tornado un verdadero salvavidas de plomo para el peronismo local.