Mariano llegó al refugio en estado de shock.
Golpeado, quien sabe como fue esa tarde para él. Una tarde que quizás era un dia como cualquiera, buscando comida en la basura o de algún vecino que se apiadaba y le tiraba unas sobras del dia anterior ... o quizas tomando agua que se junta en algún rincon de la vereda.
Esa tarde no fue así. Era un dia frio y gris, era un día para acostarse a dormir y superar con las horas la pancita vacía o la mirada indiferente de la gente que pasaba. Ese día le toco a él. Sufrió un golpe, quizas de un auto, de una moto, quizas alguien que no quería verlo en su vereda. Su cuerpo quedó duro y no podía levantarse. Hasta que supimos que pasaron horas y nadie lo rescató. Con un ponchito celeste, todo mojado y manchado de barro. Nos daba la pauta que quizas tenia familia pero nadie preguntó por el.
Hace meses que esta en un canil del refugio, acompañado por otra perrita rescatada. Ya superado el golpe pensamos que iba a estar mejor y no, EL PANICO SE REFLEJA EN SU MIRADA, NUNCA LO PUDO SUPERAR.
Las caricias, la comida rica, los mimos, nada puede arrancar esa mirada a la nada, sus ojos en un punto fijo por horas.
Pensamos que lo mejor para él, que ya es un perrito viejo, es estar en un hogar. Llenarlo de paz y de amor. UN HOGAR ROMPE EL MIEDO ... un hogar, cambia la historia.
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