Hay pocas cosas en la vida más tristes que lo que le tocó vivir a esta pequeña yegua de carro proveniente del Municipio de Quilmes.
Centella era una mamá que durante días interminables hizo tanta fuerza con su vientre, intentando frenar el dolor que sentía, que terminó siendo fatal: su bebé murió dentro de ella sin poder parirlo mientras agonizaba.
Durante 3 días padeció de los dolores más insoportables lejos de la vista de cualquier persona, salvo la del cartonero que la tenía. Este hombre no hizo absolutamente nada. Ni por ella, ni por su bebé. Sabía que estaba preñada pero ni siquiera en esa situación logró que se apiadara de su dolor.
Es así, como este señor decidió lisa y llanamente sacar a la calle a Centella y abandonarla ya que no mejoraba sola.
La sacó como si fuera un despojo, un pedazo de basura más, mientras la yegua intentaba parir a su bebé que colgaba muerto con su cabeza apenas salida y sin haber roto si quiera la placenta.
Era tan desgarradora la desesperación por ayuda que sentía esta mamá que caminó varias cuadras tirándose al suelo y refregándose en las paredes de las casas intentando parirlo. Hasta que finalmente fue alertada por la policía y vecinos que intentaron contener lo incontenible.
El cartonero, que decía ser su dueño NO TIENE PERDÓN ALGUNO. Se jactaba y bociferaba sobre su basto conocimiento en caballos y el amor que les profesaba, pero la dejó sola. Únicamente apareció como en un acto de magia cuando vio que Centella había logrado parir. No lo importó la policía, no lo importó nada.
Se la quería llevar nuevamente a su casa. Con la vulva derramando sangre e intentando tirarse al suelo. Lo único que la alejó de ella fue ver que la yegua pese a haber parido, continuaba con el mismo dolor. Es así que desistió.
Llegó a traer a varios de sus hijos, los cuales no pasaban los 10 años de edad para que vieran al potrillo muerto. Les decía "miren que lindo que es". Los niños miraban al cadáver intentando buscar en silencio la belleza de la cual hablaba su padre, pero lo único que atinaron a decirle es "pero esta muerto". Su padre sonrió y no dijo más nada.
Centella fue trasladada de Urgencia y con rapidez desde el mismo barrio humilde donde se encontraba al Hospital de Equinos de la UNLP.
Antes de llevarla, tuvimos que mostrarle a su bebé para que no intentara buscarlo y entendiera en minutos que la vida que gestó durante 11 meses, ya no estaba.
Centella estaba sufriendo un cólico, coincidente con al menos 3 o 4 días de evolución y por el esfuerzo, terminó pariendo a su bebé muerto.
Pese a los intentos de todo el equipo veterinario, Centella terminó muriendo.
Tras su necropsia se pudo sacar de su intestino un pedazo de bolsa de unos 30 cm de largo y un enterolito producido por mas basura que ingirió. Su placenta se había desprendido del útero totalmente.
LA TRACCION A SANGRE MATA.
Los caballos no pueden estar en las calles recolectando basura en pleno siglo XXI. No pueden vivir entre la basura y cargando pesos abominables como lo hacen día a día.
Los basurales a cielo abierto son producto de la TAS. No hay que ser cómplice y contratar carros para que hagan lo que los camiones de basura no hacen, porque así estan pagando muerte.
Solo queremos agregar que la vida de Centella y su bebe, pudieron haber sido salvadas, como la de todos los caballos que han muerto debajo de las varas de un carro.
Se necesita la unión de todos para terminar con la TAS. La TAS se termina con voluntad política, pero si no hay un pueblo que lo exija en las calles, seguiremos viendo caballos muertos.
Caballos de Quilmes