29 de abril de 2018

Un alumno de 15 años intentó apuñalar a otro con una navaja en un colegio de Ezpeleta. Al agresor se lo "sancionó" con 3 días de suspensión y la realización de un trabajo práctico. Los papás de la división tienen miedo y piden la expulsión, pues en los días de suspensión el agresor esperó a sus compañeros a la salida de la clase de educación física para amenazarlos

Un caso que conmovió a la comunidad educativa. Días atrás, más precisamente el viernes 13 de abril, un alumno (15 años) del colegio secundario Santa Teresita de Jesús, en Ezpeleta Oeste, (Domingo Sobral Nº 213) agredió a otro de 13 con una navaja durante un recreo. El estudiante agresor solo recibió 3 días de suspensión y la realización de un trabajo práctico. Los papás y demás estudiantes temen con que ocurra otra acción de similares características. Los padres de la víctima, a pesar de llevar a cabo las denuncias penales correspondientes, no están conformes con la sanción que aplicó el citado establecimiento educativo (el mismo, igualmente, brindó la contención necesaria a su hijo). Pese a que tal castigo está enmarcado en una normativa que dice que un alumno en esa situación no puede ser expulsado de la institución sino que debe ser contenido psicológicamente por un grupo de especialistas, los papás del adolescente atacado piden la expulsión. Cristian Franco, padre del alumno damnificado, relató que el menor de 13 años se encontraba en el patio de la escuela junto con un amigo, cuando el agresor se acercó y empezó a agredirlo verbalmente. “A vos te tengo pillo”, advirtió el victimario y atinó a propiciarle una puntada que el otro joven logró esquivar. “Estamos llenos de angustia” aseguró Franco y aseguró que desde la Institución no pueden darle una respuesta favorable al conflicto. “Solo le dieron tres días de suspensión y un trabajo práctico, es decir que el pibe puede seguir agrediendo, total no pasa nada”, afirmó el padre. Además contó que el victimario ya tiene antecedentes de violencia dentro de la escuela, y que en esta oportunidad contaba con dos armas blancas en su poder. A pesar de la gravedad del asunto, las autoridades no pueden expulsarlo ni efectivizar medidas más severas.

Las manos atadas:
“Los directivos dicen que no pueden hacer nada, dicen que desde el 2006 no lo pueden echar ni darle más días de suspensión porque le negarían la posibilidad de estar dentro de la escuela”, contó Franco y agregó que “no está contemplada la suspensión ni el pase, salvo que los padres del agresor lo pidan”. En ese sentido aseguró que no se comunicó con los padres del agresor y que “prefiero no verlos”.
Si bien desde la escuela están tomando cartas en el asunto, los procedimientos no fueron detallados ya que se trata de un menor de edad. “Vamos a seguir golpeando puertas, esto no puede quedar así, el pibe tiene amenazados a los pibes de curso, el mensaje que queda es que va con dos navajas y no pasa nada”, concluyó. Cabe señalar que el agresor, al segundo día de suspensión, fue al Club Unión y esperó a los compañeros a la salida de la clase de Educación Física, donde amenazó a varios de ellos.