"En esa madrugada la presidenta constitucional María Estela Martínez fue detenida y las cúpulas militares asaltaron el poder, con apoyo de civiles notorios y sus organizaciones que aportaron el plan económico y el elenco estable de funcionarios siempre disponibles para los gobiernos (legales o no) de la derecha más reaccionaria. El verdadero objetivo del golpe más allá de esgrimir consignas burdas como “la lucha contra la subversión”, fue disciplinar la sociedad y a los trabajadores mediante el terrorismo de Estado; cambiar la matriz productiva argentina arrasando la industria nacional con la pretensión de convertirnos en una gran estancia agro exportadora y en un paraíso para la especulación financiera. El ex presidente de la Sociedad Rural Argentina y director de empresas multinacionales, José Alfredo Martínez de Hoz, fue el super ministro de Economía de la Nación. Su “plan” fue una repetición de las viejas y fracasadas recetas de Alsogaray; las que luego aplicarían Cavallo, López Murphy y en la actualidad Mauricio Macri: endeudamiento salvaje, desindustrialización, represión,
desinversión y una transferencia colosal de recursos de los asalariados y las empresas nacionales a los capitales concentrados. Para avanzar con aquel proyecto brutal, el
“Proceso de Reorganización Nacional” se propuso exterminar toda oposición. La deuda externa se multiplicó por diez, hubo 30.000 detenidos desaparecidos, miles de presos
políticos y una guerra internacional perdida. Para que la MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA sean una bandera indeclinable, hoy más que nunca que la consigna NUNCA MÁS
retumbe en los oídos de los genocidas".





