Hoy 3 de enero se cumple un nuevo aniversario de la violenta usurpación de nuestras Islas Malvinas por parte de la corona británica. 184 años de ignominiosa ocupación colonialista.
En 1982, pronto a cumplirse 35 años, el gobierno militar de facto de entonces, presidido por el general Leopoldo Fortunato Galtieri, decidió la recuperación del archipiélago por la vía armada, el resultado ya conocido por todos, la derrota de las tropas argentinas. La herida tan dolorosa para nuestro pueblo aún no ha cicatrizado, nos golpeamos el pecho y lloramos a nuestros compatriotas caídos y nos indignamos al ver las secuelas de aquellos que volvieron y no pudieron soportar lo vivido en la batalla.
Lo concreto es que la guerra por Malvinas existió y este dolor e indignación no debe cegar nuestra mirada. Para entender este comportamiento podríamos sintetizarlo en el título de un trabajo realizado por el Dr. Francisco Pestanha, “veteranos de Malvinas, victimas o protagonistas”, aún hoy debatimos sin éxito esta dicotomía.
Es necesario dar un salto cualitativo respecto de este tema y para ello convoco a mis hermanos de armas a dar esta batalla, no empuñando un fusil sino invitarlos a dar la discusión en el terreno de la cultura.
Es cierto lo educativo, lo cultural debe ir acompañado de política, política nacional, aquella que bregue por los intereses de nuestra Patria, que englobe además a la soberanía territorial, económica y política.
En todo este tiempo desde la finalización de la contienda he experimentado diferentes estadios, bronca, indignación, apatía y ahora en una etapa más madura de mi vida he concluido que la mejor manera de honrar a nuestros caídos, es trabajar en el esclarecimiento de las generaciones que nos suceden.
La experiencia también me ha enseñado la importancia de lo simbólico. Dos hechos a provocado reacciones en la opinión pública de nuestro pueblo y en especial de la comunidad de veteranos de guerra, el primero que no es estrictamente alegórico, es el vinculado a los acuerdos firmados por nuestra Cancillería y el Foreing Office, en donde a cambio de absolutamente nada, se garantiza la exploración y explotación de los recursos ictícolas e hidrocarburíferos en la cuenca de Malvinas, labor que se desarrolla además, sobre nuestra plataforma submarina, el abaratamiento de costos para esta tarea mediante el uso de puertos continentales argentinos y sudamericanos y la mejora de los puentes aéreos con el continente.
Otro tema más actual y estrictamente vinculado a lo simbólico, es la publicación de la tarjeta de salutación enviada por Ministerio de Desarrollo Social con motivo de conmemorarse la llegada de un nuevo año, en donde se representa solamente a la Argentina continental, con la ausencia de nuestras Islas Malvinas y de nuestro territorio Antártico. Un descuido u omisión de los diseñadores gráficos como señala la explicación ministerial o una clara posición respecto de la línea política del gobierno actual, que no ahorra en hechos concretos y gestos hacia los usurpadores y explotadores de nuestras riquezas. “Ser y parecer”, no basta con las tibias disculpas si lo que se pregona es defender los intereses de la Nación.
Lic. Miguel Giorgio (veterano de guerra de Malvinas)
Lic. Ariel Hartlich
Curso, “Entre la Colonización Pedagógica y la Patria Grande”
UNQ
En 1982, pronto a cumplirse 35 años, el gobierno militar de facto de entonces, presidido por el general Leopoldo Fortunato Galtieri, decidió la recuperación del archipiélago por la vía armada, el resultado ya conocido por todos, la derrota de las tropas argentinas. La herida tan dolorosa para nuestro pueblo aún no ha cicatrizado, nos golpeamos el pecho y lloramos a nuestros compatriotas caídos y nos indignamos al ver las secuelas de aquellos que volvieron y no pudieron soportar lo vivido en la batalla.
Lo concreto es que la guerra por Malvinas existió y este dolor e indignación no debe cegar nuestra mirada. Para entender este comportamiento podríamos sintetizarlo en el título de un trabajo realizado por el Dr. Francisco Pestanha, “veteranos de Malvinas, victimas o protagonistas”, aún hoy debatimos sin éxito esta dicotomía.
Es necesario dar un salto cualitativo respecto de este tema y para ello convoco a mis hermanos de armas a dar esta batalla, no empuñando un fusil sino invitarlos a dar la discusión en el terreno de la cultura.
Es cierto lo educativo, lo cultural debe ir acompañado de política, política nacional, aquella que bregue por los intereses de nuestra Patria, que englobe además a la soberanía territorial, económica y política.
En todo este tiempo desde la finalización de la contienda he experimentado diferentes estadios, bronca, indignación, apatía y ahora en una etapa más madura de mi vida he concluido que la mejor manera de honrar a nuestros caídos, es trabajar en el esclarecimiento de las generaciones que nos suceden.
La experiencia también me ha enseñado la importancia de lo simbólico. Dos hechos a provocado reacciones en la opinión pública de nuestro pueblo y en especial de la comunidad de veteranos de guerra, el primero que no es estrictamente alegórico, es el vinculado a los acuerdos firmados por nuestra Cancillería y el Foreing Office, en donde a cambio de absolutamente nada, se garantiza la exploración y explotación de los recursos ictícolas e hidrocarburíferos en la cuenca de Malvinas, labor que se desarrolla además, sobre nuestra plataforma submarina, el abaratamiento de costos para esta tarea mediante el uso de puertos continentales argentinos y sudamericanos y la mejora de los puentes aéreos con el continente.
Otro tema más actual y estrictamente vinculado a lo simbólico, es la publicación de la tarjeta de salutación enviada por Ministerio de Desarrollo Social con motivo de conmemorarse la llegada de un nuevo año, en donde se representa solamente a la Argentina continental, con la ausencia de nuestras Islas Malvinas y de nuestro territorio Antártico. Un descuido u omisión de los diseñadores gráficos como señala la explicación ministerial o una clara posición respecto de la línea política del gobierno actual, que no ahorra en hechos concretos y gestos hacia los usurpadores y explotadores de nuestras riquezas. “Ser y parecer”, no basta con las tibias disculpas si lo que se pregona es defender los intereses de la Nación.
Lic. Miguel Giorgio (veterano de guerra de Malvinas)
Lic. Ariel Hartlich
Curso, “Entre la Colonización Pedagógica y la Patria Grande”
UNQ