La Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha adoptado el 20 de septiembre como el Día Internacional del Deporte Universitario.
En la 196º reunión del Consejo Ejecutivo de la UNESCO, realizada en Paris, y bajo un pedido de la Federación Internacional de Deporte Universitario (FISU) se resolvió decretar este día, lo que representa un gran avance para el Deporte Universitario en el mundo.
La fecha propuesta tiene que ver con:
• Se trata, en la mayor parte de los países del mundo, del periodo en que se inicia el año lectivo.
• Corresponde a las fechas en que se celebraron los primeros campeonatos internacionales universitarios en 1924 (en Varsovia, Polonia, del 17 al 21 de septiembre).
El objetivo de la proclamación de un Día Internacional de Deporte Universitario, es garantizar y preservar, para los estudiantes y ciudadanos, las actividades y programas deportivos en las instituciones de enseñanza superior, a fin de fomentar la ética, los sistemas de valores, la lucha contra el dopaje, el juego limpio, la educación física, un estilo de vida sano, la calidad vida, la igualdad entre hombres y mujeres, la inclusión social, y garantizar así una educación física de gran calidad.
El Día Internacional del Deporte Universitario forma parte de un proyecto educativo transdisciplinario que comprende la educación y el deporte y está centrado en el papel que debe desempeñar la universidad, en la comunidad ciudadana, en la adquisición de los valores de la ciudadanía por la juventud.
Para la UNESCO, el deporte es inseparable de la educación, ya sea ésta física o intelectual. En efecto, permite la adquisición y el intercambio de competencias en lo referente al liderazgo, cuestión que puede estudiarse de modo pasivo sentado en los bancos del aula, pero cuyo conocimiento ha de verse confirmado por la experiencia adquirida en el campo de deportes y en la vida asociativa. Los estudiantes que hayan recibido una buena formación para ese tipo de liderazgo serán mañana los promotores capaces de desarrollar y ampliar el proyecto “Educación gracias al deporte y ciudadanía”. La universidad debe hacer pues todo lo necesario para que los encargados de adoptar decisiones del futuro que en ella se forman comprendan plenamente la importancia de asociar la educación física y el deporte con políticas
socioeconómicas que no están exclusivamente relacionadas con la educación. Podrán así mantenerse y enriquecerse las competencias que caracterizan a los ciudadanos que tienen confianza en sí mismos y son socialmente responsables.
El número de estudiantes aumenta muy rápidamente en el mundo entero; su origen nacional y social es cada vez más diverso, y esos estudiantes son cada vez más móviles, y cambian a menudo de disciplina, de universidad o de país. Las universidades adquieren un grado de autonomía considerable y un carácter multinacional. La población de los jóvenes adultos tiene tendencia a aislarse en un entorno virtual propicio al individualismo; en ese contexto, las nociones de encuentro, de intercambio y de reparto transmitidas por las actividades deportivas y asociativas son más indispensables que nunca.
Es esencial conseguir que el deporte no “salga” de las universidades y se vea abandonado a la iniciativa del sector privado, so pretexto de liberalismo y de economía. El deporte ha de instalarse plenamente, al contrario, en la enseñanza superior y en las estructuras de investigación, asumiendo el papel que le corresponde en estrategias transdisciplinarias.
Al dedicar un día por año a las universidades y al deporte para los ciudadanos, la FISU, compuesta por 167 federaciones nacionales del deporte universitario de las que forman parte varios centenares de establecimientos de enseñanza superior, siendo la Universidad Nacional de Quilmes miembro a través de la Federación de Deporte Universitario Argentino (FeDUA), desea llamar la atención sobre el papel esencial que éstos desempeñan, y deben desempeñar, si queremos afrontar los desafíos de nuestra época, desde el punto de vista de la adquisición y la transmisión del saber pero también, y sobre todo, de la política social y económica en el plano local, nacional e internacional.
En la 196º reunión del Consejo Ejecutivo de la UNESCO, realizada en Paris, y bajo un pedido de la Federación Internacional de Deporte Universitario (FISU) se resolvió decretar este día, lo que representa un gran avance para el Deporte Universitario en el mundo.
La fecha propuesta tiene que ver con:
• Se trata, en la mayor parte de los países del mundo, del periodo en que se inicia el año lectivo.
• Corresponde a las fechas en que se celebraron los primeros campeonatos internacionales universitarios en 1924 (en Varsovia, Polonia, del 17 al 21 de septiembre).
El objetivo de la proclamación de un Día Internacional de Deporte Universitario, es garantizar y preservar, para los estudiantes y ciudadanos, las actividades y programas deportivos en las instituciones de enseñanza superior, a fin de fomentar la ética, los sistemas de valores, la lucha contra el dopaje, el juego limpio, la educación física, un estilo de vida sano, la calidad vida, la igualdad entre hombres y mujeres, la inclusión social, y garantizar así una educación física de gran calidad.
El Día Internacional del Deporte Universitario forma parte de un proyecto educativo transdisciplinario que comprende la educación y el deporte y está centrado en el papel que debe desempeñar la universidad, en la comunidad ciudadana, en la adquisición de los valores de la ciudadanía por la juventud.
Para la UNESCO, el deporte es inseparable de la educación, ya sea ésta física o intelectual. En efecto, permite la adquisición y el intercambio de competencias en lo referente al liderazgo, cuestión que puede estudiarse de modo pasivo sentado en los bancos del aula, pero cuyo conocimiento ha de verse confirmado por la experiencia adquirida en el campo de deportes y en la vida asociativa. Los estudiantes que hayan recibido una buena formación para ese tipo de liderazgo serán mañana los promotores capaces de desarrollar y ampliar el proyecto “Educación gracias al deporte y ciudadanía”. La universidad debe hacer pues todo lo necesario para que los encargados de adoptar decisiones del futuro que en ella se forman comprendan plenamente la importancia de asociar la educación física y el deporte con políticas
socioeconómicas que no están exclusivamente relacionadas con la educación. Podrán así mantenerse y enriquecerse las competencias que caracterizan a los ciudadanos que tienen confianza en sí mismos y son socialmente responsables.
El número de estudiantes aumenta muy rápidamente en el mundo entero; su origen nacional y social es cada vez más diverso, y esos estudiantes son cada vez más móviles, y cambian a menudo de disciplina, de universidad o de país. Las universidades adquieren un grado de autonomía considerable y un carácter multinacional. La población de los jóvenes adultos tiene tendencia a aislarse en un entorno virtual propicio al individualismo; en ese contexto, las nociones de encuentro, de intercambio y de reparto transmitidas por las actividades deportivas y asociativas son más indispensables que nunca.
Es esencial conseguir que el deporte no “salga” de las universidades y se vea abandonado a la iniciativa del sector privado, so pretexto de liberalismo y de economía. El deporte ha de instalarse plenamente, al contrario, en la enseñanza superior y en las estructuras de investigación, asumiendo el papel que le corresponde en estrategias transdisciplinarias.
Al dedicar un día por año a las universidades y al deporte para los ciudadanos, la FISU, compuesta por 167 federaciones nacionales del deporte universitario de las que forman parte varios centenares de establecimientos de enseñanza superior, siendo la Universidad Nacional de Quilmes miembro a través de la Federación de Deporte Universitario Argentino (FeDUA), desea llamar la atención sobre el papel esencial que éstos desempeñan, y deben desempeñar, si queremos afrontar los desafíos de nuestra época, desde el punto de vista de la adquisición y la transmisión del saber pero también, y sobre todo, de la política social y económica en el plano local, nacional e internacional.