30 de septiembre de 2015

Recrudeció la interna en la barra del QAC: el hermano de un ex Barra de Independiente quiere tomar el control. "No hay entradas, hay balas", avisaron

La Barra de Quilmes se ha caracterizado en los últimos tiempos por ser una de las más violentas del fútbol argentino y radicales en su accionar. La batalla por el centro de la tribuna comenzó hace algunos años atrás cuando uno de los ex líderes salió de prisión y fue a reclamar sus negociados –puestos en las inmediaciones de la cancha y en la estación de la ciudad principalmente– a punta de pistola en uno de los lavaderos de otro de los capos.
Desde allí, la escalada de violencia creció lentamente: balearon a un micro con hinchas en la subida de la autopista antes de un partido con River y batalla campal en plena centro de la popular Indio Gómez antes de un cotejo contra All Boys.
Tras algunos meses en tensa calma, el conflicto volvió a recrudecer en el último tiempo luego de que Ramiro Bustamante, uno de los ex líderes que intenta retomar el control, fue baleado en sus piernas cuando iba a encontrarse con otro de los postulantes al maldito trono de la violencia.
Mientras Dedo Becerra, ex caudillo de la tribuna cercano a la política, decidió correrse a un costado luego de la feroz golpiza que recibió uno de sus hijos en la tribuna cuando intentó recapturar el poder de la Barra, surgió de las penumbras el hermano de César Loquillo Rodríguez, uno de los dos hinchas violentos que más accionó en la tribuna de Independiente cuando Javier Cantero era Presidente y tenía una contienda pública con Bebote, otro nefasto hincha "caracterizado".
El hermano del Loquillo tiene intención de apoderarse de la maquinaria de aliento en el Cervecero y hace varios meses que se mueve para lograr su cometido. Pero con el poder en juego, hay cada vez más candidatos y las diferentes facciones coaccionan para impedir tal situación.
Tras aparecer en un grupo de Facebook de los hinchas de Quilmes una publicación del hermano de Loquillo con identificaciones de Independiente y ser amenazado por esa vía, hoy a la mañana el estadio Centenario amaneció con una pintada clara: "No hay entradas, hay balas".
Todo esto como antesala del compromiso que el viernes mantendrá el equipo del Sur con San Martín de San Juan en condición de local, sobre el que hay sospechas que se podría llevar a cabo algún juramento de venganza. (FUENTE: Infobae)