Criminales robaron una moto en Quilmes. Con esa misma motocicleta, que tenía pedido de secuestro en el distrito, los motochorros arribaron a un joven de 19 años en una parada de colectivos de Barracas y lo asesinaron para robarle el celular.
El episodio ocurrió el viernes a la noche, en Barracas, cuando la víctima esperaba el colectivo para ir a buscar a su novia.
Mientras aguardaba en la esquina de Iguazú y Santo Domingo (allí están las paradas de las líneas 46 y 70) fue sorprendido por dos asaltantes en una moto que, después se supo, tenía pedido de secuestro en Quilmes.
“Estaba yendo a buscar a su novia a Provincia para salir a divertirse. Lo quisieron robar, sacarle el celular y la billetera y él no se dejó. Luchó con los ladrones y en el forcejeo le dispararon dos veces”, contó Raúl, un vecino.
El episodio ocurrió el viernes a la noche, en Barracas, cuando la víctima esperaba el colectivo para ir a buscar a su novia.
Mientras aguardaba en la esquina de Iguazú y Santo Domingo (allí están las paradas de las líneas 46 y 70) fue sorprendido por dos asaltantes en una moto que, después se supo, tenía pedido de secuestro en Quilmes.
“Estaba yendo a buscar a su novia a Provincia para salir a divertirse. Lo quisieron robar, sacarle el celular y la billetera y él no se dejó. Luchó con los ladrones y en el forcejeo le dispararon dos veces”, contó Raúl, un vecino.
Al escuchar los tiros, la gente de zona no dudó en salir a ver qué pasaba. Pero sólo atinaron a divisar a los delincuentes que escapaban corriendo hacia la calle Río Cuarto, dejando abandonada la motocicleta. Eduardo caminó unos metros y se desplomó en la vereda: había recibido un balazo en la cabeza y otro en el pecho.
“Llamamos al SAME y esperamos la ambulancia un rato. Eduardo estaba vivo. Pero como los médicos no venían, los vecinos lo cargamos en un auto y lo llevamos al hospital Penna. Pero al llegar a la guardia, murió”, recordó Raúl.
Lo paradójico es que la zona donde mataron al joven es custodiada por cuatro fuerzas de seguridad: la Policía Federal, la Metropolitana, Gendarmería y Prefectura. Sin embargo, insisten en que la zona es muy insegura.
“Llamamos al SAME y esperamos la ambulancia un rato. Eduardo estaba vivo. Pero como los médicos no venían, los vecinos lo cargamos en un auto y lo llevamos al hospital Penna. Pero al llegar a la guardia, murió”, recordó Raúl.
Lo paradójico es que la zona donde mataron al joven es custodiada por cuatro fuerzas de seguridad: la Policía Federal, la Metropolitana, Gendarmería y Prefectura. Sin embargo, insisten en que la zona es muy insegura.
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