Del momento en que nacemos, estamos en una continuo cambio: que van desde el físico, las sensaciones, los pensamientos, las circunstancias, las relaciones, las actividades, las ganas, los gustos... y podría seguir horas.
No obstante, no parecemos acostumbrarnos a esto ya que en la mayoría de nosotros cualquier cosa que implique cambiar algo a lo que estábamos acostumbrados o acostumbrándonos, nos lleva incrementar la ansiedad e incertidumbre.
Por lo que reaccionamos tratando de que el cambio no se produzca, nos enojamos, luchamos para que todo siga igual y nos llenamos de fantasías caóticas acerca de nuestro incierto futuro. En realidad lo que nos provoca miedo es lo "incierto" del futuro, el no saber "qué va a pasar", y esta resistencia al cambio es lo que muchas veces nos trae problemas, no el cambio en sí.
Esto no tiene porque ser malo, cuando se nos cierra una puerta es porque otras se están abriendo, que la situación de cambio se presenta cuando hemos terminado un ciclo de aprendizaje, ya sea en un lugar de trabajo, en una relación de pareja, en mudanzas, en vínculos en general. Es cuando tenemos oportunidades de tomar nuevos caminos, emprender nuevos proyectos y relaciones. Lo fundamental para tener en claro es que SIEMPRE los cambios son buenos, aunque en un principio no lo parezcan, y es muy importante la actitud que tomamos frente a ellos, para que se desarrollen de la mejor manera y podamos aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrecen.
Las crisis ´puedes vivirlas como una tragedia o como la oportunidad de proyectarnos en un futuro nuevo y mejor.
Desterremos el dicho popular que dice "mas vale malo conocido que bueno por conocer", pues esto nos lleva a la paralización, resignación y frustración, además nos deja ubicados en un lugar que a la larga nos damos cuenta que no es en el que queremos estar. Recordemos que podemos elegir, que lo que hacemos hoy es el resultado de mañana.
Enfrentando los temores, liberándonos de lo viejo, comenzaremos a abrirnos al mundo de infinitas posibilidades que existe para cada uno de nosotros, y siempre con pensamiento en lo positivo.
No obstante, no parecemos acostumbrarnos a esto ya que en la mayoría de nosotros cualquier cosa que implique cambiar algo a lo que estábamos acostumbrados o acostumbrándonos, nos lleva incrementar la ansiedad e incertidumbre.
Por lo que reaccionamos tratando de que el cambio no se produzca, nos enojamos, luchamos para que todo siga igual y nos llenamos de fantasías caóticas acerca de nuestro incierto futuro. En realidad lo que nos provoca miedo es lo "incierto" del futuro, el no saber "qué va a pasar", y esta resistencia al cambio es lo que muchas veces nos trae problemas, no el cambio en sí.
Esto no tiene porque ser malo, cuando se nos cierra una puerta es porque otras se están abriendo, que la situación de cambio se presenta cuando hemos terminado un ciclo de aprendizaje, ya sea en un lugar de trabajo, en una relación de pareja, en mudanzas, en vínculos en general. Es cuando tenemos oportunidades de tomar nuevos caminos, emprender nuevos proyectos y relaciones. Lo fundamental para tener en claro es que SIEMPRE los cambios son buenos, aunque en un principio no lo parezcan, y es muy importante la actitud que tomamos frente a ellos, para que se desarrollen de la mejor manera y podamos aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrecen.
Las crisis ´puedes vivirlas como una tragedia o como la oportunidad de proyectarnos en un futuro nuevo y mejor.
Desterremos el dicho popular que dice "mas vale malo conocido que bueno por conocer", pues esto nos lleva a la paralización, resignación y frustración, además nos deja ubicados en un lugar que a la larga nos damos cuenta que no es en el que queremos estar. Recordemos que podemos elegir, que lo que hacemos hoy es el resultado de mañana.
Enfrentando los temores, liberándonos de lo viejo, comenzaremos a abrirnos al mundo de infinitas posibilidades que existe para cada uno de nosotros, y siempre con pensamiento en lo positivo.
Lic. María Maldonado
MP: 61787
Terapeuta Familiar –
Orientación Vocacional
Psicotécnicos
MP: 61787
Terapeuta Familiar –
Orientación Vocacional
Psicotécnicos