30 de agosto de 2015

Artículo de análisis: ¿bajar los brazos?

Aceptar las cosas como son no significa resignarse, porque la resignación implica estancamiento, pasividad, pero en cambio, todo cambia y tiende a evolucionar, crecer. Si crees que tienes un alma, debes saber que ella ha elegido exactamente como debes ser para aprender todo aquello que has venido a aprender, y que en cada momento te encuentras en el punto perfecto para sentir todo lo que sientes y vivir todo lo que vives del modo en que lo haces. Si debes cambiar alguna cosa, lo harás en el momento oportuno y de la forma más beneficiosa para tu crecimiento, así que ¿por qué angustiarse por no poder cambiar nada?
Y si crees que solo eres un producto de la casualidad, que nada tiene sentido y que todo acabara el día de tu muerte, tampoco tiene ningún sentido que luches ni sufras para ser de otra manera. Si aceptas las cosas como son, seguro que, al menos, serás más feliz mientras dure tu existencia.
Es evidente que a todos nos gustaría sentirnos siempre bien, y sin duda hay emociones, pensamientos y comportamientos que nos aportan un gran sufrimiento. Todos desearíamos poder olvidar determinadas cosas que nos han sucedido, ser capaces de afrontar la vida siempre de forma positiva y alegre, respondiendo ante las circunstancias con serenidad y, en general, ser “mejores personas”. Existen innumerables técnicas que ayudan a liberar emociones retenidas, a perdonar o a elegir nuestras reacciones ante una situación determinada, pero quizás no le funcionan a todo el mundo, o solo lo hacen durante un tiempo, o solo en ciertos momentos...
Aceptar lo que ES y comprender que forma parte de un TODO indivisible hace que, automáticamente, el dolor se contemple también como una parte necesaria para conocer el placer. Y cuando dejamos de rechazar el dolor ya no sentimos la necesidad imperiosa de alejarlo de nuestra vida, y como por arte de magia, empezamos a sentir que ya no nos duele tanto, piensa por un momento: ¿Cuál es tu necesidad inmediata? ¿Qué cosas dependen de ti para satisfacerlas? ¿Qué cosas son posibles y ventajosas para eso? ¿Y si eso no resulta, qué otras opciones tengo? ¿En cuánto tiempo empiezo? ¿Cómo me sentiré luego de haber empezado?
Si no puedes sólo, puedes buscar ayuda.
Lic. María Maldonado   MP: 61787
Terapeuta Familiar – Orientación Vocacional – Psicotécnicos
                                    @licmarymaldo