10 de junio de 2015

Una patota de delincuentes atacó a botellazos a dos jóvenes que salían de un boliche de Quilmes Centro

Una patota de delincuentes atacó a botellazos a dos jóvenes que salían de un boliche de Quilmes Centro, una zona que se transformó en escenario habitual para los llamados robo piraña, la modalidad delictiva que aterra a los padres de los adolescentes.
En esta oportunidad, dos amigos, de 23 y 24 años, fueron agredidos por un grupo de 10 sujetos, que les propinaron trompadas, patadas y golpes con botellas de vidrio cuando caminaban por la Peatonal.
El hecho ocurrió cerca de las 6 de la mañana, en Rivadavia entre Brown y Lavalle. Según informaron, los malvivientes rodearon a las víctimas y comenzaron a golpearlos, mientras les quitaban sus pertenencias.
En medio del ataque, que duró apenas unos segundos, uno los chicos recibió varios botellazos en la cabeza. Tras quitarles dinero, documentos y parte de su vestimenta se dieron a la fuga a la carrera.
Con serias dificultades, los jóvenes lograron trasladarse hasta la Comisaría 1era. de Quilmes, cuyas autoridades llamaron a una ambulancia para trasladar al joven con heridas en su cabeza hacia el Hospital Iriarte, donde debieron aplicarle varios puntos para suturar los cortes.

Zona roja
El Centro de Quilmes y sus inmediaciones se convierten los fines de semana en uno de los territorios predilectos para los delincuentes menores, que están al acecho de los jóvenes que salen de bailar.
En uno de los hechos más graves, ocurrido el pasado mes de octubre, una patota de trece integrantes asaltó violentamente a un grupo de chicos que salía de un bar ubicado sobre Brown. Como consecuencia, a una de las víctimas lo dejaron prácticamente desnudo y a otro le propinaron dos puñaladas en el abdomen y el tórax que lo dejaron al borde de la muerte.

No hay seguridad
Los robos piraña no cesan y los delincuentes actúan con preocupante impunidad, debido a la falta de personal policial y la ausencia de cámaras de seguridad. A través de esta modalidad, los asaltantes aprovechan la superioridad numérica para alzarse con celulares (FUENTE: EL QUILMEÑO)