Los mal tratos de toda índole que padecen muchos niños de nuestra ciudad, más allá del repudio que generan, debe ser un tema de profunda reflexión y análisis por parte de todos los estamentos de la sociedad.
Tanto el Estado Municipal como los demás actores sociales, tenemos de tiempo atrás deudas inmensas con la infancia de nuestro distrito, que de no resolverse con prontitud, van a repercutir de manera desfavorable en el cambio que la sociedad con urgencia necesita.
Es muy preocupante la situación de muchos pequeños que en diversos y distintos semáforos de la ciudad se instalan pidiendo dinero y/o ayuda.
Asimismo advertimos cotidianamente como muchos “carritos” con tracción a sangre son conducidos por niños, acompañados por otros menores quienes son los que descienden del mismo encargándose de filtrar el cartón como así el material o elementos que consideren útil.
La comunidad en su conjunto debe asumir un profundo compromiso. Karl Menninger decía: “lo que se les hace a los niños, los niños harán a la sociedad”.
Con urgencia debe implementarse un programa de Protección a los Niños, donde se intensifique la cultura y la educación a los buenos hábitos, taller - escuela municipal, paralelamente se debe llevar adelante un plan estratégico de concientización a los padres subrayando la importancia de que juntos Estado-Familia deben trabajar por enfrentar la deserción escolar e incorporar a sus hijos a cursos y/o programas educativos.
El rol de las organizaciones sociales es muy importante, pero la tutela y la responsabilidad como así la decisión política de llevar adelante medidas y/o programas adecuados para fortalecer la infancia y proyectar a los adolescentes en nuestra ciudad es del Gobierno Municipal.
En los últimos 6 años en la ciudad de Quilmes se han instalado comunidades marginales en toda la zona oeste del distrito (Camino General Belgrano, Km.13, Barrio La Sarita), como así en la zona Ribereña, en Bernal Oeste, en Villa La Florida.
Carecer de políticas sociales que enfrenten la grave problemática de una niñez vulnerable generará daños irreparables en la proyección de la comunidad que ambicionamos. La falta de un hogar familiar, la ausencia del respaldo municipal para encarar la deserción escolar, la falta de una equilibrada alimentación de cientos de chicos en nuestra ciudad acrecienta día a día la estadística de vulnerabilidad infantil.
Una de las prioridades para la formulación y ejecución de los programas sociales desarrollados por el Estado, reside en poder contar con información válida y confiable sobre la magnitud, ubicación y características de los grupos de la población que presentan las mayores necesidades. En efecto, ese tipo de información permite ajustar y orientar los recursos asignados, así como reformular estrategias y acciones, por lo que resulta fundamental si se quiere mejorar la eficacia de los programas sociales.
Es relevante poder establecer y cuantificar la población infantil en nuestro distrito que está en situación de riesgo, viviendo con extremas carencias materiales de su hábitat; que atraviesan situaciones profundas de alteración para su normal desarrollo, y que revelan una situación de pobreza en la familia.
El niño es vulnerable porque es perjudicado, maltratado, perseguido, lastimado, discriminado, menospreciado o influenciado negativamente por agentes hostiles frente a los que se halla en situación de inferioridad, indefensión o fragilidad.
Los estudios realizados por las comisiones de trabajo del Grupo Realizar dicen que la situación de vulnerabilidad infantil se aborda de una forma multidisciplinaria desde diferentes ámbitos: sociales, jurídicos, psicológicos, escolares, sanitarios, fundamentalmente dentro de un contexto de políticas serias y responsables articuladas por un Estado Municipal que “no mire hacia otro lado”.
Quilmes, 27 de marzo de 2015.-
Julio Nieto
Presidente Grupo Realizar
