No hay red de agua ni de cloacas habilitadas, por lo que los frentistas están conectados en forma clandestina. Cuando llueve, las aguas negras se vuelcan a la calle, generando un olor nauseabundo.
Frentistas de Ezpeleta manifestaron sentirse "aislados" al tiempo que le reclamaron a la Municipalidad de Quilmes la extensión de los sistemas de agua potable, cloacas y alumbrado público.
Se trata de los vecinos de la calle 469 bis, entre República de Cuba y Florida, quienes también reclamaron por la pavimentación de ese tramo y la instalación de desagües porque afirmaron que "las aguas domiciliarias de otras cuadras desembocan allí".
Ante este panorama, confesaron sentirse "olvidados" por la comuna", que si bien prometió la instalación de estos servicios públicos, "nunca cumplió con los trabajos correspondientes".
Conexión clandestina
Sobre el sistema cloacal, Gabriel, habitante del lugar, comunicó que los vecinos "se conectaron de manera clandestina al caño que pasa por la esquina de 469 bis y Cuba y posee cuatro cámaras".
Asimismo, afirmó que durante los días de lluvia suben los líquidos cloacales debido a que "el caño que instalaron es demasiado angosto".
Como correlato, los habitantes tienen que convivir inhalando olores nauseabundos que provienen de la calle. "Tenemos que comprar constantemente desodorantes de ambiente para disminuir los pésimos olores", añadió.
Posteriormente, confesó que con la red de agua potable tienen que hacer lo mismo: "Tenemos que conectarnos también de manera clandestina".
"Antes nos teníamos que dirigir a las casas de otros familiares y comprar agua mineral. Nosotros necesitamos que la Municipalidad concrete la instalación del sistema", explicó.
Inundados en el barro
En otro orden, Gabriel indicó que el estado de las calles es totalmente "deplorable" porque no están asfaltadas y que en los días de lluvia "se llenan de agua".
Sin embargo, explicó que sobre la calle 469 bis "desembocan las aguas domiciliarias de otras calles y ayudan a su anegamiento".
Como consecuencia de la inundación, declaró que "las tierras de las calles se transforman en barro muy espeso, un lodo que te atrapa las ruedas".
"No pasa ningún medio de transporte, ni colectivos ni ambulancias, hay personas discapacitadas que tienen que caminar un par de cuadras para tomar un remís", añadió.
Asimismo, acusó a la Municipalidad de "inoperancia" porque "no coloca una red de alumbrado público como corresponde. El barrio se transforma en una boca de lobo".
Y ante las penumbras, "tenemos que acompañar a nuestros hijos para que no les pase nada, todos sabemos que los delincuentes se aprovechan de las oscuridad para cometer ilícitos", dijo.
Finalmente, el vecino Gabriel le dedicó un espacio al tema recolección: "Covelia dejó de pasar por la zona y realmente estamos inundados de basura, es una asquerosidad vivir así, queremos que hagan algo". (Fuente: El Quilmeño)
Frentistas de Ezpeleta manifestaron sentirse "aislados" al tiempo que le reclamaron a la Municipalidad de Quilmes la extensión de los sistemas de agua potable, cloacas y alumbrado público.
Se trata de los vecinos de la calle 469 bis, entre República de Cuba y Florida, quienes también reclamaron por la pavimentación de ese tramo y la instalación de desagües porque afirmaron que "las aguas domiciliarias de otras cuadras desembocan allí".
Ante este panorama, confesaron sentirse "olvidados" por la comuna", que si bien prometió la instalación de estos servicios públicos, "nunca cumplió con los trabajos correspondientes".
Conexión clandestina
Sobre el sistema cloacal, Gabriel, habitante del lugar, comunicó que los vecinos "se conectaron de manera clandestina al caño que pasa por la esquina de 469 bis y Cuba y posee cuatro cámaras".
Asimismo, afirmó que durante los días de lluvia suben los líquidos cloacales debido a que "el caño que instalaron es demasiado angosto".
Como correlato, los habitantes tienen que convivir inhalando olores nauseabundos que provienen de la calle. "Tenemos que comprar constantemente desodorantes de ambiente para disminuir los pésimos olores", añadió.
Posteriormente, confesó que con la red de agua potable tienen que hacer lo mismo: "Tenemos que conectarnos también de manera clandestina".
"Antes nos teníamos que dirigir a las casas de otros familiares y comprar agua mineral. Nosotros necesitamos que la Municipalidad concrete la instalación del sistema", explicó.
Inundados en el barro
En otro orden, Gabriel indicó que el estado de las calles es totalmente "deplorable" porque no están asfaltadas y que en los días de lluvia "se llenan de agua".
Sin embargo, explicó que sobre la calle 469 bis "desembocan las aguas domiciliarias de otras calles y ayudan a su anegamiento".
Como consecuencia de la inundación, declaró que "las tierras de las calles se transforman en barro muy espeso, un lodo que te atrapa las ruedas".
"No pasa ningún medio de transporte, ni colectivos ni ambulancias, hay personas discapacitadas que tienen que caminar un par de cuadras para tomar un remís", añadió.
Asimismo, acusó a la Municipalidad de "inoperancia" porque "no coloca una red de alumbrado público como corresponde. El barrio se transforma en una boca de lobo".
Y ante las penumbras, "tenemos que acompañar a nuestros hijos para que no les pase nada, todos sabemos que los delincuentes se aprovechan de las oscuridad para cometer ilícitos", dijo.
Finalmente, el vecino Gabriel le dedicó un espacio al tema recolección: "Covelia dejó de pasar por la zona y realmente estamos inundados de basura, es una asquerosidad vivir así, queremos que hagan algo". (Fuente: El Quilmeño)




