Todos tenemos en claro que la inseguridad es un grave problema que afecta por igual a los integrantes de la sociedad argentina. Particularmente en la Provincia de Buenos Aires (P.B.A.), los que habitamos en ella nos vemos obligados a estar constantemente alerta, ante movimientos o actividades sospechosas a fin de evitar transformarnos en víctimas del delito. Atento a ello, uno de los tantos interrogantes que vienen a la mente de muchos, es si se están destinando fondos suficientes para que los convictos puedan resocializarse adecuadamente. La respuesta a está pregunta es sorprendente.
Actualmente en la P.B.A. existen aproximadamente 30.000 individuos privados de su libertad, de los cuales 26.000 estarían en penitenciarias y 4.000 en comisarías. Según los últimos datos disponibles, el gasto total del Servicio Penitenciario Bonaerense (S.P.B) de Enero a Noviembre de 2012 fue de $ 2.679.102.933. Si dividimos el gasto total por 11 meses nos arroja un gasto mensual promedio de $ 243.554.812. A su vez, si dividimos el gasto mensual promedio por la cantidad de personas privadas de su libertad (30.000), tenemos como resultado que se gastan $ 8.118,49 por convicto. Realmente no parece poca cosa los miles de millones de pesos que destinan.
Es inentendible que no obstante las gigantescas sumas destinadas al S.P.B., las cárceles y comisarías se encuentren en una situación de extrema calamidad. Es imposible pensar que los reos puedan ser debidamente reincorporados a la sociedad, cuando son forzados a vivir en condiciones insalubres y no son capacitados y educados en artes, oficios o actividades laborativas mientras se encuentran recluidos.
En definitiva, no se trata de un problema de asignación de recursos sino que estos son pésimamente administrados. Una gestión eficiente y honesta de los multimillonarios fondos destinados al S.P.B., sería un paso importante para solucionar el tremendo problema de inseguridad que afecta a la P.B.A..
Este artículo es una opinión que bajo ninguna circunstancia pretende ser acabada o sustituir el juicio del lector, ni busca asesorar al lector. Las declaraciones sobre el futuro son meras proyecciones sujetas a incertidumbres que podrían modificar los resultados y no constituyen aserciones sobre fenómenos futuros. Las estimaciones realizadas son ejercicios numéricos y como tales pueden diferir de los parámetros poblacionales a estimar.
Dr. Gerardo Emilio Lisanti.
Actualmente en la P.B.A. existen aproximadamente 30.000 individuos privados de su libertad, de los cuales 26.000 estarían en penitenciarias y 4.000 en comisarías. Según los últimos datos disponibles, el gasto total del Servicio Penitenciario Bonaerense (S.P.B) de Enero a Noviembre de 2012 fue de $ 2.679.102.933. Si dividimos el gasto total por 11 meses nos arroja un gasto mensual promedio de $ 243.554.812. A su vez, si dividimos el gasto mensual promedio por la cantidad de personas privadas de su libertad (30.000), tenemos como resultado que se gastan $ 8.118,49 por convicto. Realmente no parece poca cosa los miles de millones de pesos que destinan.
Es inentendible que no obstante las gigantescas sumas destinadas al S.P.B., las cárceles y comisarías se encuentren en una situación de extrema calamidad. Es imposible pensar que los reos puedan ser debidamente reincorporados a la sociedad, cuando son forzados a vivir en condiciones insalubres y no son capacitados y educados en artes, oficios o actividades laborativas mientras se encuentran recluidos.
En definitiva, no se trata de un problema de asignación de recursos sino que estos son pésimamente administrados. Una gestión eficiente y honesta de los multimillonarios fondos destinados al S.P.B., sería un paso importante para solucionar el tremendo problema de inseguridad que afecta a la P.B.A..
Este artículo es una opinión que bajo ninguna circunstancia pretende ser acabada o sustituir el juicio del lector, ni busca asesorar al lector. Las declaraciones sobre el futuro son meras proyecciones sujetas a incertidumbres que podrían modificar los resultados y no constituyen aserciones sobre fenómenos futuros. Las estimaciones realizadas son ejercicios numéricos y como tales pueden diferir de los parámetros poblacionales a estimar.
Dr. Gerardo Emilio Lisanti.