22 de abril de 2013

Los vecinos de Gran Canaria y Corrientes juntan firmas para el traslado del depósito de desperdicios

Comenzaron a juntar firmas para pedirle a la comuna que lo erradique; se quejan por el olor desagradable -"a vómito", aseguraron-, la proliferación de ratas y ruidos de camiones en horario nocturno. Los vecinos exigen el traslado del depósito de desperdicios. Vecinos del centro de Quilmes se organizaron para juntar firmas con el objetivo de pedir el traslado del depósito municipal de contenedores de basura que funciona frente a la estación de trenes, al que consideran "un basural asqueroso y a cielo abierto en el medio de una zona altamente urbana". Todas las críticas están direccionadas a los terrenos ubicados entre las calles Gran Canaria y Corrientes, el puente 14 de Agosto y las vías del Ferrocarril Roca. Esas parcelas están concesionadas a la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (UGOFE), pero son utilizadas por la Secretaría de Medio Ambiente del municipio de Quilmes para guardar los contenedores verdes que se ven en las calles del distrito, en los que la gente arroja los residuos domiciliarios. 

Acciones conjuntas:
En las últimas horas, un grupo de residentes se congregó en la puerta del predio para definir acciones conjuntas para intentar revertir esta situación. En ese contexto, establecieron juntar adhesiones entre los habitantes de la zona para transmitir a la Comuna quilmeña la necesidad de trasladar dicha actividad a un sector menos poblado. "No queremos un CEAMSE en el medio de la ciudad. Nos oponemos rotundamente porque nadie puede vivir a metros de un lugar en el que se pudre la basura. No es sano para nadie", aseveró Marta Menéndez, una vecina de Gran Canaria y Tres de Febrero, del lado Oeste de las vías. La mujer aseguró que lo se siente en el aire "se parece al olor a vómito". "Es una asquerosidad, la basura no tendría que llegar hasta acá. La gente tira de todo en los contenedores y eso se siente en el aire, tenemos que estar con las ventanas cerradas, no podemos salir ni al patio de nuestras propias casas porque nos descompone", remarcó con indignación. A eso se le suman otros dos problemas más, como son una "invasión de ratas" en toda la zona y la generación de ruidos molestos en horario nocturnos, debido a la intensa circulación de camiones que ingresan y egresan del predio para trasladar los contenedores. "Antes de que empiece todo esto, no pasaba nada de lo que sucede ahora. No había ratas, pero ahora la más chica le hace frente a los gatos en las casas", ironizó Haydee, otra vecina de la calle Tres de Febrero, que vive a escasos metros de la puerta de acceso al depósito. "Por la calle de mi casa continuó la mujer señalando en dirección a su propiedad- pasan todos los camiones que llevan los tachos verdes. El ruido que hacen es insoportable, me puedo dormir recién pasada la medianoche", se quejó la vecina. Una de las preocupaciones más grandes de los que se oponen a este depósito municipal es el aparente enterramiento de basura dentro del predio, una práctica que atemoriza a los vecinos por posible contaminación de suelo y napas.i