Tras la muerte de un operario que cayó en un foso lleno de agua y terminó ahogado, se reabre el debate sobre qué le deparará el destino a la planta papelera cerrada en junio de 2010 y que supo ser fuente de trabajo de cerca de un millar de personas.
Alguna vez fue emblema de la industria quilmeña, hoy una serie de galpones abandonados esperando un milagro. Así se encuentra en estas horas la situación de la ex Papelera Massuh de Camino General Belgrano kilómetro 14,500, entre Triunvirato y 822.
La firma había llegado en 1957 a la ciudad, pero a fines de los 90 entró en crisis. En mayo de 2009 se produjo la quiebra y tras el abandono de sus dueños y la vuelta a producir por un corto período de la mano del estado nacional. En junio de 2010 bajó la persiana definitivamente luego de un intento de salvataje fallido.
La Papelera Quilmes iba a ser el emblema de la nueva industria nacional y hoy se encuentra librada a su propia suerte.Desde aquel momento la mala fortuna se posó sobre la papelera quilmeña y hasta el día de hoy no han parado de llegar malas noticias.
Tres intentos de licitación fallidos, usurpación de terrenos, denuncia por robo de maquinarias, incendio de los galpones, desbordes en las lagunas de aireación e inundaciones en los barrios aledaños parecen ser un sinfín de inconvenientes de este gigante grogui, pero la mala fortuna en torno a la planta hizo que en las últimas horas un empleado de seguridad de custodia del predio falleciera tras ahogarse en una fosa.
Como si todas las manchas en su currículum no fueran suficientes, ahora la ex Massuh tiene que anotar el trágico hecho que terminó con la vida de un custodio de 30 años que cayó a una cárcava llena de agua y perdió la vida. Según explicaron los Bomberos Voluntarios el hombre estaba en ronda de vigilancia cuando no advirtió el agujero en el piso (de tres metros de profundidad) y terminó ahogándose por el nivel de agua. Esta fatalidad marca un nuevo y trágico suceso en torno a la pastera que está esperando aún que alguien se acuerde de ella y pueda volver a producir para cumplir el sueño de 700 trabajadores que supieron ser parte de la tercera industria papelera más grande del país.
Licitaciones fallidas
Desde el cierre de la fábrica -tras el fracaso de la Papelera Quilmes- se propició una licitación internacional para recuperar la productividad. Tres licitaciones se abrieron sobre la planta para venderla en bloque debido a la intervención de la Federación del Papel, las tres fracasaron. La primera buscaba vender el lugar por 24 millones de dólares, luego fueron 12 y ahora 7,8, pero a pesar del bajo precio no aparecieron compradores.
En las últimas dos oportunidades aparecieron interesados y hasta hubo compra de pliegos, pero nadie ofertó y la planta. A la fecha se siguen buscando inversores o compradores y hasta se intentó convertir el lugar -sin éxito- en un Parque Industrial. El gran temor es que se produzca un remate por separado de los bienes y la historia de Massuh termine en medio del olvido.
Muchos problemas
Durante el apogeo de la usurpación de tierras en la ciudad, Massuh no fue la excepción. En terrenos ubicados en la parte trasera de la firma y la exalfombrera Sayonara, un nutrido grupo de personas tomó posesión de terrenos y aún se mantienen allí.
Asimismo, han habido denuncias de vecinos y concejales sobre el vuelco de residuos en el predio y como si esto fuera poco, en octubre del año pasado, los vecinos del barrio José Hernández denunciaron que se inundaron tras el desborde y derrame de las lagunas de aireación de celulosa. Para cerrar, en noviembre se generó un incendio de galpones donde ardieron una serie de fardos de papel y se destruyó por completo el cobertizo.
El último comunicado
En febrero, la Federación de Papeleros emitió su último comunicado sobre la ex Massuh, donde destacaron que "la falta de seguridad y la carencia de una política industrial hicieron frustrar nuevamente la venta del establecimiento".
"Fueron desoídas las gestiones realizadas ante las Cámaras de la actividad para interesar su compra por empresas que la integran. Tampoco hubo respuesta al pedido de asistencia que hicimos a las autoridades públicas para que apoyen la inversión necesaria para su reapertura y funcionamiento", manifiesta el comunicado. Asimismo hicieron hincapié en la toma de terrenos.
"Una política demagógica de pseudo organizaciones sociales integrada por punteros políticos alentó a una población marginada para que avanzara sobre la finca donde se encuentra el establecimiento. Tomaron parte del predio, que ocuparon con viviendas precarias y de allí se sumó una acción depredadora sobre el establecimiento. Pedimos al síndico que reforzara la seguridad e hicimos manifestación de trabajadores para dar conciencia de lo que significaba el establecimiento como fuente de producción y trabajo nacional".
A la hora de hablar de robos, destacan que "no se ha realizado aún un inventario pero se presume que el monto aproximado de lo robado supera los cuatro millones de pesos", agregando que "la falta de seguridad del establecimiento compromete su reapertura".
Del mismo modo se destacan diferentes gestiones pidiendo seguridad y las diferentes reuniones pedidas a nivel provincial y nacional sobre las que no hubo respuestas.
Finalmente se plantea que "hay irresponsabilidad de las autoridades públicas nacionales y provinciales. En la actualidad se han cortado los servicios eléctricos y se han inundado los sótanos. Estamos haciendo un último intento de salvar esta fuente de trabajo y producción". (Fuente El Sol)
Alguna vez fue emblema de la industria quilmeña, hoy una serie de galpones abandonados esperando un milagro. Así se encuentra en estas horas la situación de la ex Papelera Massuh de Camino General Belgrano kilómetro 14,500, entre Triunvirato y 822.
La firma había llegado en 1957 a la ciudad, pero a fines de los 90 entró en crisis. En mayo de 2009 se produjo la quiebra y tras el abandono de sus dueños y la vuelta a producir por un corto período de la mano del estado nacional. En junio de 2010 bajó la persiana definitivamente luego de un intento de salvataje fallido.
La Papelera Quilmes iba a ser el emblema de la nueva industria nacional y hoy se encuentra librada a su propia suerte.Desde aquel momento la mala fortuna se posó sobre la papelera quilmeña y hasta el día de hoy no han parado de llegar malas noticias.
Tres intentos de licitación fallidos, usurpación de terrenos, denuncia por robo de maquinarias, incendio de los galpones, desbordes en las lagunas de aireación e inundaciones en los barrios aledaños parecen ser un sinfín de inconvenientes de este gigante grogui, pero la mala fortuna en torno a la planta hizo que en las últimas horas un empleado de seguridad de custodia del predio falleciera tras ahogarse en una fosa.
Como si todas las manchas en su currículum no fueran suficientes, ahora la ex Massuh tiene que anotar el trágico hecho que terminó con la vida de un custodio de 30 años que cayó a una cárcava llena de agua y perdió la vida. Según explicaron los Bomberos Voluntarios el hombre estaba en ronda de vigilancia cuando no advirtió el agujero en el piso (de tres metros de profundidad) y terminó ahogándose por el nivel de agua. Esta fatalidad marca un nuevo y trágico suceso en torno a la pastera que está esperando aún que alguien se acuerde de ella y pueda volver a producir para cumplir el sueño de 700 trabajadores que supieron ser parte de la tercera industria papelera más grande del país.
Licitaciones fallidas
Desde el cierre de la fábrica -tras el fracaso de la Papelera Quilmes- se propició una licitación internacional para recuperar la productividad. Tres licitaciones se abrieron sobre la planta para venderla en bloque debido a la intervención de la Federación del Papel, las tres fracasaron. La primera buscaba vender el lugar por 24 millones de dólares, luego fueron 12 y ahora 7,8, pero a pesar del bajo precio no aparecieron compradores.
En las últimas dos oportunidades aparecieron interesados y hasta hubo compra de pliegos, pero nadie ofertó y la planta. A la fecha se siguen buscando inversores o compradores y hasta se intentó convertir el lugar -sin éxito- en un Parque Industrial. El gran temor es que se produzca un remate por separado de los bienes y la historia de Massuh termine en medio del olvido.
Muchos problemas
Durante el apogeo de la usurpación de tierras en la ciudad, Massuh no fue la excepción. En terrenos ubicados en la parte trasera de la firma y la exalfombrera Sayonara, un nutrido grupo de personas tomó posesión de terrenos y aún se mantienen allí.
Asimismo, han habido denuncias de vecinos y concejales sobre el vuelco de residuos en el predio y como si esto fuera poco, en octubre del año pasado, los vecinos del barrio José Hernández denunciaron que se inundaron tras el desborde y derrame de las lagunas de aireación de celulosa. Para cerrar, en noviembre se generó un incendio de galpones donde ardieron una serie de fardos de papel y se destruyó por completo el cobertizo.
El último comunicado
En febrero, la Federación de Papeleros emitió su último comunicado sobre la ex Massuh, donde destacaron que "la falta de seguridad y la carencia de una política industrial hicieron frustrar nuevamente la venta del establecimiento".
"Fueron desoídas las gestiones realizadas ante las Cámaras de la actividad para interesar su compra por empresas que la integran. Tampoco hubo respuesta al pedido de asistencia que hicimos a las autoridades públicas para que apoyen la inversión necesaria para su reapertura y funcionamiento", manifiesta el comunicado. Asimismo hicieron hincapié en la toma de terrenos.
"Una política demagógica de pseudo organizaciones sociales integrada por punteros políticos alentó a una población marginada para que avanzara sobre la finca donde se encuentra el establecimiento. Tomaron parte del predio, que ocuparon con viviendas precarias y de allí se sumó una acción depredadora sobre el establecimiento. Pedimos al síndico que reforzara la seguridad e hicimos manifestación de trabajadores para dar conciencia de lo que significaba el establecimiento como fuente de producción y trabajo nacional".
A la hora de hablar de robos, destacan que "no se ha realizado aún un inventario pero se presume que el monto aproximado de lo robado supera los cuatro millones de pesos", agregando que "la falta de seguridad del establecimiento compromete su reapertura".
Del mismo modo se destacan diferentes gestiones pidiendo seguridad y las diferentes reuniones pedidas a nivel provincial y nacional sobre las que no hubo respuestas.
Finalmente se plantea que "hay irresponsabilidad de las autoridades públicas nacionales y provinciales. En la actualidad se han cortado los servicios eléctricos y se han inundado los sótanos. Estamos haciendo un último intento de salvar esta fuente de trabajo y producción". (Fuente El Sol)
