Sr. Francisco Gutierrez, Intendente de Quilmes, De mi consideración: Un fantasma recorre Quilmes, un fantasma bien real y corpóreo, un fantasma que ha sembrado el terror en el distrito: la delincuencia.
Y lamentablemente, no existe una respuesta sensata, contundente y estructural para enfrentar este flagelo. Su gobierno y Ud. personalmente, en los actos y dichos, no hacen más que desviar el problema, tirar la pelota afuera como decimos en el barrio. Y es por ello que me veo en la obligación de comenzar esta carta no del modo que quisiera como ciudadano, es decir, discutiendo políticas de seguridad, sino que primero tengo que responder, como ciudadano y vecino movilizado quilmeño, a infamias y agravios, y luego aclararle algunas cuestiones.
Como Ud. bien sabrá por los medios, y por lo que le dirán sus “allegados”, van surgiendo aquí y allá numerosos grupos vecinales preocupados por la incesante y creciente ola de violencia delictiva. Grupos de vecinos que nos vamos organizando horizontalmente y con muchas dificultades decidimos, de distintos modos y a través de diversos instrumentos cívicos, ocuparnos del problema. Dentro de esa ocupación, claro está, nos movilizamos, denunciamos, nos visibilizamos y reclamamos. Todo esto seguramente es lo que más le tiene preocupado, más que abordar el problema en sí. Por ello sus ninguneos y agravios para con algunos referentes vecinales, y en general, para todos los vecinos que con mucho esfuerzo asumimos el problema. Esfuerzo porque además del tiempo que le dedicamos, tiempo que quitamos a nuestras familias, trabajos, ocupaciones y descanso, implica preocupación, dedicación e inversión también de dinero. Todo, señor, lo bancamos nosotros. No somos ni queremos ser clientes políticos de nadie. Y esto a Ud. lo exaspera: tenga algo muy claro, señor: hacemos política, que no le queden dudas, pero no política partidaria. Hacemos política de la forma más natural y genuina, aquella que muchos vecinos practicamos a partir del estallido del 2001, la política más letal para la política corporativa a la que nos tienen acostumbrados: la genuina y horizontal política de base.
Para cerrar la cuestión de los agravios, me permito indicarle dos cosas. La primera, debo enfatizarle que ya es un agravio a nuestra persona humana que tengamos que padecer esta situación de inseguridad como no se tiene memoria en Quilmes (y en el conurbano y en otros lugares). La segunda, que además de ello, obtengamos como respuesta infamias y provocaciones, de una irrespetuosidad alarmante, agravadas por su investidura. Si el promotor fuera un tal Francisco Gutiérrez, realmente no me interesarían, pero por si se le olvidó, a lo mejor acostumbrado a las prácticas sindicales, Ud. es el intendente de uno de los partidos más poblados del conurbano.
Yo resido en Bernal, un lugar que Ud. parece mirar sólo para promover negocios inmobiliarios y destruir ecosistemas, pues Nueva Costa del Plata es otra de sus vergonzosas iniciativas. Y no duda en “facilitarle” el negocio a Techint., una de las empresas más cuestionadas por sus vínculos con la dictadura.
Por el momento vamos a eximirlo de cualquier reparación moral que ud. nos debe como intendente, y vayamos al meollo de la cuestión. Imposible será en esta modesta carta abordar la complejidad del problema de la inseguridad, pero hago votos para que por lo menos exista un cambio de actitud al respecto. Lo merecemos como ciudadanos.
Vecinos torturados física y psíquicamente, afectados con trastornos post traumáticos; vecinos aterrados que cambiaron sus mínimas y rutinarias costumbres; vecinos con más recursos, que a las rejas y púas y alambres de púas y alarmas, agregaron cercos electrificados; vecinos golpeados y vecinos baleados y muertos por una horda de delincuentes nunca vista, que impunemente y a cualquier hora, se hicieron dueños de las calles de Quilmes. Ese es también el panorama de nuestro Quilmes. Yo camino por estas calles, señor, y pareciera que lo hago por las calles internas de un presidio: las casas ya no son hogares sino celdas, no para evitar la fuga de los internos sino para evitar que los que deberían estar en las celdas, ingresen a los hogares. No sé Ud., pero esta no es la forma que uno elije para vivir, son las formas que el caos y la impunidad nos imponen para sobrevivir. Sabemos que no sólo en Quilmes la situación es así. Pero nosotros vivimos aquí.
Sintética y taxativamente: en Quilmes se violan y no se nos garantizan a diario los derechos humanos, esos mismos derechos que promueven encendidos discursos gubernamentales, esos mismos derechos que parecen legítimos tres décadas atrás, pero en el presente no configuran ninguna política de Estado. Celebramos que el genocida Astiz esté preso de por vida; pero no nos olvidamos de los asesinos “comunes” que deberían acompañarlo en las cárceles.
Me permito recordarle el artículo 3° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Y podría seguir con otras garantías.
Pues bien, señor Intendente. En Quilmes no se garantizan los derechos humanos básicos. No es sólo responsabilidad de su gestión, sabemos que la degradación social producto de los tiempos neoliberales nos llevó a lugares insospechados. Pero es responsabilidad de sus gestiones, aquí, contribuir a quebrar o no esa continuidad. Y por favor, no nos subestime: neoliberales y progres, son todos peronistas, son dos caras de la misma moneda. ¿Será que la ideología política que profesan es demasiado pendular para sostener cabalmente un núcleo ético que guíe las acciones? Por cierto, suscribo nombre y apellido y puede Ud. rastrear si tengo filiación partidaria, lo cual no me inhabilita para expresarme, pero Ud. puede usarlo en mi contra.
Ud. está en ese lugar institucional para responder y darnos explicaciones a nosotros, para trabajar por el bien común. Ustedes están para servirnos, no para agraviarnos. Hay vecinos con miedo a participar, pues comenzaron a aparecer personas extrañas en las reuniones, autos sospechosos frente a los domicilios, intimidaciones y amenazas en algunos casos. A la violencia delictiva la fortalece la estructural. Quiero creer que su gestión nada tiene que ver con esto. De lo contrario, Quilmes será conocida en el mundo, no precisamente por la cerveza.
Los vecinos sabemos que la respuesta a la delincuencia no puede ser sólo policial, pero sin la policía tampoco hay respuesta posible. Más policías más patrulleros y más cámaras (descontando que funcionen) no solucionan el problema de fondo. Son herramientas necesarias.
El jueves pasado, Ud. entregó los patrulleros nuevos en el lugar donde horas más tarde se realizó una multitudinaria marcha en reclamo de justicia y seguridad. ¿Qué pensaron en su entorno con este provocador gesto adolescente? ¿Acaso creyeron que desalentarían la movilización?
No espero un gesto suyo. Espero un plan de acción urgente puesto sobre la mesa para concensuar con los vecinos, las organizaciones sociales, la policía, las escuelas, los profesionales y las universidades. Esperamos un plan integral y agresivo de seguridad pública.
Tenga Ud. la certeza de que si decide trabajar sin descanso para combatir la delincuencia y el crimen, los vecinos autoconvocados de todas las asambleas del distrito estaremos dispuestos a colaborar con su gestión en dicha empresa.
Juan C. Benavente
DNI: 17.420.076
Vecino de Bernal
Y lamentablemente, no existe una respuesta sensata, contundente y estructural para enfrentar este flagelo. Su gobierno y Ud. personalmente, en los actos y dichos, no hacen más que desviar el problema, tirar la pelota afuera como decimos en el barrio. Y es por ello que me veo en la obligación de comenzar esta carta no del modo que quisiera como ciudadano, es decir, discutiendo políticas de seguridad, sino que primero tengo que responder, como ciudadano y vecino movilizado quilmeño, a infamias y agravios, y luego aclararle algunas cuestiones.
Como Ud. bien sabrá por los medios, y por lo que le dirán sus “allegados”, van surgiendo aquí y allá numerosos grupos vecinales preocupados por la incesante y creciente ola de violencia delictiva. Grupos de vecinos que nos vamos organizando horizontalmente y con muchas dificultades decidimos, de distintos modos y a través de diversos instrumentos cívicos, ocuparnos del problema. Dentro de esa ocupación, claro está, nos movilizamos, denunciamos, nos visibilizamos y reclamamos. Todo esto seguramente es lo que más le tiene preocupado, más que abordar el problema en sí. Por ello sus ninguneos y agravios para con algunos referentes vecinales, y en general, para todos los vecinos que con mucho esfuerzo asumimos el problema. Esfuerzo porque además del tiempo que le dedicamos, tiempo que quitamos a nuestras familias, trabajos, ocupaciones y descanso, implica preocupación, dedicación e inversión también de dinero. Todo, señor, lo bancamos nosotros. No somos ni queremos ser clientes políticos de nadie. Y esto a Ud. lo exaspera: tenga algo muy claro, señor: hacemos política, que no le queden dudas, pero no política partidaria. Hacemos política de la forma más natural y genuina, aquella que muchos vecinos practicamos a partir del estallido del 2001, la política más letal para la política corporativa a la que nos tienen acostumbrados: la genuina y horizontal política de base.
Para cerrar la cuestión de los agravios, me permito indicarle dos cosas. La primera, debo enfatizarle que ya es un agravio a nuestra persona humana que tengamos que padecer esta situación de inseguridad como no se tiene memoria en Quilmes (y en el conurbano y en otros lugares). La segunda, que además de ello, obtengamos como respuesta infamias y provocaciones, de una irrespetuosidad alarmante, agravadas por su investidura. Si el promotor fuera un tal Francisco Gutiérrez, realmente no me interesarían, pero por si se le olvidó, a lo mejor acostumbrado a las prácticas sindicales, Ud. es el intendente de uno de los partidos más poblados del conurbano.
Yo resido en Bernal, un lugar que Ud. parece mirar sólo para promover negocios inmobiliarios y destruir ecosistemas, pues Nueva Costa del Plata es otra de sus vergonzosas iniciativas. Y no duda en “facilitarle” el negocio a Techint., una de las empresas más cuestionadas por sus vínculos con la dictadura.
Por el momento vamos a eximirlo de cualquier reparación moral que ud. nos debe como intendente, y vayamos al meollo de la cuestión. Imposible será en esta modesta carta abordar la complejidad del problema de la inseguridad, pero hago votos para que por lo menos exista un cambio de actitud al respecto. Lo merecemos como ciudadanos.
Vecinos torturados física y psíquicamente, afectados con trastornos post traumáticos; vecinos aterrados que cambiaron sus mínimas y rutinarias costumbres; vecinos con más recursos, que a las rejas y púas y alambres de púas y alarmas, agregaron cercos electrificados; vecinos golpeados y vecinos baleados y muertos por una horda de delincuentes nunca vista, que impunemente y a cualquier hora, se hicieron dueños de las calles de Quilmes. Ese es también el panorama de nuestro Quilmes. Yo camino por estas calles, señor, y pareciera que lo hago por las calles internas de un presidio: las casas ya no son hogares sino celdas, no para evitar la fuga de los internos sino para evitar que los que deberían estar en las celdas, ingresen a los hogares. No sé Ud., pero esta no es la forma que uno elije para vivir, son las formas que el caos y la impunidad nos imponen para sobrevivir. Sabemos que no sólo en Quilmes la situación es así. Pero nosotros vivimos aquí.
Sintética y taxativamente: en Quilmes se violan y no se nos garantizan a diario los derechos humanos, esos mismos derechos que promueven encendidos discursos gubernamentales, esos mismos derechos que parecen legítimos tres décadas atrás, pero en el presente no configuran ninguna política de Estado. Celebramos que el genocida Astiz esté preso de por vida; pero no nos olvidamos de los asesinos “comunes” que deberían acompañarlo en las cárceles.
Me permito recordarle el artículo 3° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Y podría seguir con otras garantías.
Pues bien, señor Intendente. En Quilmes no se garantizan los derechos humanos básicos. No es sólo responsabilidad de su gestión, sabemos que la degradación social producto de los tiempos neoliberales nos llevó a lugares insospechados. Pero es responsabilidad de sus gestiones, aquí, contribuir a quebrar o no esa continuidad. Y por favor, no nos subestime: neoliberales y progres, son todos peronistas, son dos caras de la misma moneda. ¿Será que la ideología política que profesan es demasiado pendular para sostener cabalmente un núcleo ético que guíe las acciones? Por cierto, suscribo nombre y apellido y puede Ud. rastrear si tengo filiación partidaria, lo cual no me inhabilita para expresarme, pero Ud. puede usarlo en mi contra.
Ud. está en ese lugar institucional para responder y darnos explicaciones a nosotros, para trabajar por el bien común. Ustedes están para servirnos, no para agraviarnos. Hay vecinos con miedo a participar, pues comenzaron a aparecer personas extrañas en las reuniones, autos sospechosos frente a los domicilios, intimidaciones y amenazas en algunos casos. A la violencia delictiva la fortalece la estructural. Quiero creer que su gestión nada tiene que ver con esto. De lo contrario, Quilmes será conocida en el mundo, no precisamente por la cerveza.
Los vecinos sabemos que la respuesta a la delincuencia no puede ser sólo policial, pero sin la policía tampoco hay respuesta posible. Más policías más patrulleros y más cámaras (descontando que funcionen) no solucionan el problema de fondo. Son herramientas necesarias.
El jueves pasado, Ud. entregó los patrulleros nuevos en el lugar donde horas más tarde se realizó una multitudinaria marcha en reclamo de justicia y seguridad. ¿Qué pensaron en su entorno con este provocador gesto adolescente? ¿Acaso creyeron que desalentarían la movilización?
No espero un gesto suyo. Espero un plan de acción urgente puesto sobre la mesa para concensuar con los vecinos, las organizaciones sociales, la policía, las escuelas, los profesionales y las universidades. Esperamos un plan integral y agresivo de seguridad pública.
Tenga Ud. la certeza de que si decide trabajar sin descanso para combatir la delincuencia y el crimen, los vecinos autoconvocados de todas las asambleas del distrito estaremos dispuestos a colaborar con su gestión en dicha empresa.
Juan C. Benavente
DNI: 17.420.076
Vecino de Bernal