El referente de Proyecto Sur Quilmes, Juan Albaytero, compartió una reflexión sobre la cuestión del contrato de Covelia con el municipio de Quilmes
EMERGENCIA
La realidad de Quilmes no deja de sorprender. No porque no sean previsibles los actos de aquellos que irresponsablemente ejercen el poder, sino por la imaginación sin límites que ponen en juego para hacer cualquier cosa, burlar la ley, en fin manejarse como si la Municipalidad fuere un simple kiosquito.
Hace pocos días hice referencia en un escrito a la situación concreta que se ha dado con la empresa CLIBA, que volvió por los caramelitos que se había olvidado. Hoy, como acto seguido, continuando con la basura, en todos los términos que se le quiera dar, cambia el nombre, pero es lo mismo, fruto de ese pliego al que yo hice referencia y que los funcionarios parece que desconocían, ¿o no?
La cuestión es que el vencimiento de la prórroga se vino encima y con el sesudo aporte del Secretario de Legal y Técnica, se llegó a la conclusión que la prórroga ya se había utilizado y que no era posible otra. ¿Fue por impericia e ignorancia o en realidad era el efecto buscado?
La respuesta para mi es sencilla, lo que no se avizora es cuanto nos va a costar este nuevo desaguisado.
Al inicio de la intendencia de Gutierrez -2007- le planteamos por escrito el peligro del contrato de la recolección de residuos, especialmente por lo que ya mencioné en el escrito anterior referido a CLIBA, el pliego lo redactó el grupo Roggio. Como se verificó a poco andar, Gutierrez traicionó todas las palabras comprometidas y actuó en consecuencia.
Esta cuestión y su origen malparido, eran de conocimiento desde el inicio de la gestión y no como, en recientes y reiteradas apariciones Olivares nos quiere hacer creer.
Pobre este hombre, actuó con pretendida grandeza, ¿cómo iban a hacer una prórroga de más tiempo, si estaban las elecciones de por medio?
La verdad es otra, todo fue premeditado, nos llevaron como ovejas al matadero y ahora pretenden jugarla de héroes. El agotamiento del plazo de prórroga y su consecuente finalización del contrato, era la maniobra suficiente para firmar cualquier cosa, con la designada a dedo para el negocio, COVELIA S.A.
Para que esto se consumara, se necesitaban cómplices. A algunos de ellos los usaron como niños de jardín de infantes. La cuestión es que Quilmes todo se ve enfrentado a una situación de emergencia y hay que arbitrar los medios para sortear tal emergencia. Y entonces, un grupo de coristas -hombre y mujeres-, a la sazón concejales, levantaron las manos yo diría quizás hasta con alegría, declarando la emergencia sanitaria y ambiental de todo Quilmes.
Para entender que había hecho el gripo de coristas haciéndose cómplice del desmanejo de Gutierrez y sus iluminados, acudí al diccionario, para precisar la definición de emergencia, precisando a esta como situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata.
Esto me llevó a preguntarme cuál es el peligro o el desastre que nos amenaza, cuál la catástrofe natural a la que estamos sometidos. La realidad primera y única es que no hay nada de esto, el peligro, el desastre, es el accionar de los irresponsables que actúan en esta cuestión y la consecuencia del peligro y el desastre de su accionar, es la autorización que le dieron los coristas del concejo. Los autorizaron a una contratación directa por un monto desconocido, por un contrato del que se ignoran los términos y condiciones, por un monto seguramente millonario, violando lo dispuesto por la Ley Orgánica de Municipalidades. De paso, ¿a nadie se le ocurrió leer los arts. 151 a 156 de la L.O.M? Si lo hubieren hecho no hubieran cometido semejante tropelía. El Tribunal de cuentas podría hacer pública alguna palabra al respecto, antes de que nos vuelvan a poner en un nuevo brete
La única realidad, desde ya no dicha y pretendidamente disimulada, es que se pactó con COVELIA un nuevo contrato, con la particularidad de que, al término de este –mediados de agosto-, ningún quilmeño sabe a qué nos comprometemos y lo peor aún, cuales son las obligaciones que asumimos a su finalización.
¿Y si a la finalización hay que hacerse cargo del personal de la contratista?, o ¿se estará otorgando alguna prevalencia a COVELIA para cuando se haga la obligatoria licitación?. Podemos plantearnos los interrogantes que imaginemos. Ninguno de nosotros tiene respuesta alguna, mucho menos los coristas del concejo.
Solo Gutierrez podría dar satisfacción, pero Gutierrez ha demostrado hasta el hartazgo que no tiene el coraje cívico de informar cabalmente al Pueblo de Quilmes. Por ello, en la seguridad que se va a firmar un contrato fuera de toda norma legal, a espaldas del Pueblo, anticipo que como siempre las consecuencias serán a cargo nuestro. Reitero lo que muchas veces he dicho, ser espectador de lo que sucede con la cosa pública, tiene consecuencias previsibles.
No avanzamos como sociedad, todo lo contrario. La irresponsabilidad de Gutierrez y su cohorte de Secretarios, quienes se sienten dueños de la Municipalidad, nos llevan a una nueva situación de desastre, de la que no harán cargo, total los platos rotos los pagan otros.
Al igual que mi escrito anterior, dentro de un tiempo les preguntaré ¿se acuerdan de COVELIA?
Juan Aníbal Albaytero
Proyecto Sur Quilmes
La realidad de Quilmes no deja de sorprender. No porque no sean previsibles los actos de aquellos que irresponsablemente ejercen el poder, sino por la imaginación sin límites que ponen en juego para hacer cualquier cosa, burlar la ley, en fin manejarse como si la Municipalidad fuere un simple kiosquito.
Hace pocos días hice referencia en un escrito a la situación concreta que se ha dado con la empresa CLIBA, que volvió por los caramelitos que se había olvidado. Hoy, como acto seguido, continuando con la basura, en todos los términos que se le quiera dar, cambia el nombre, pero es lo mismo, fruto de ese pliego al que yo hice referencia y que los funcionarios parece que desconocían, ¿o no?
La cuestión es que el vencimiento de la prórroga se vino encima y con el sesudo aporte del Secretario de Legal y Técnica, se llegó a la conclusión que la prórroga ya se había utilizado y que no era posible otra. ¿Fue por impericia e ignorancia o en realidad era el efecto buscado?
La respuesta para mi es sencilla, lo que no se avizora es cuanto nos va a costar este nuevo desaguisado.
Al inicio de la intendencia de Gutierrez -2007- le planteamos por escrito el peligro del contrato de la recolección de residuos, especialmente por lo que ya mencioné en el escrito anterior referido a CLIBA, el pliego lo redactó el grupo Roggio. Como se verificó a poco andar, Gutierrez traicionó todas las palabras comprometidas y actuó en consecuencia.
Esta cuestión y su origen malparido, eran de conocimiento desde el inicio de la gestión y no como, en recientes y reiteradas apariciones Olivares nos quiere hacer creer.
Pobre este hombre, actuó con pretendida grandeza, ¿cómo iban a hacer una prórroga de más tiempo, si estaban las elecciones de por medio?
La verdad es otra, todo fue premeditado, nos llevaron como ovejas al matadero y ahora pretenden jugarla de héroes. El agotamiento del plazo de prórroga y su consecuente finalización del contrato, era la maniobra suficiente para firmar cualquier cosa, con la designada a dedo para el negocio, COVELIA S.A.
Para que esto se consumara, se necesitaban cómplices. A algunos de ellos los usaron como niños de jardín de infantes. La cuestión es que Quilmes todo se ve enfrentado a una situación de emergencia y hay que arbitrar los medios para sortear tal emergencia. Y entonces, un grupo de coristas -hombre y mujeres-, a la sazón concejales, levantaron las manos yo diría quizás hasta con alegría, declarando la emergencia sanitaria y ambiental de todo Quilmes.
Para entender que había hecho el gripo de coristas haciéndose cómplice del desmanejo de Gutierrez y sus iluminados, acudí al diccionario, para precisar la definición de emergencia, precisando a esta como situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata.
Esto me llevó a preguntarme cuál es el peligro o el desastre que nos amenaza, cuál la catástrofe natural a la que estamos sometidos. La realidad primera y única es que no hay nada de esto, el peligro, el desastre, es el accionar de los irresponsables que actúan en esta cuestión y la consecuencia del peligro y el desastre de su accionar, es la autorización que le dieron los coristas del concejo. Los autorizaron a una contratación directa por un monto desconocido, por un contrato del que se ignoran los términos y condiciones, por un monto seguramente millonario, violando lo dispuesto por la Ley Orgánica de Municipalidades. De paso, ¿a nadie se le ocurrió leer los arts. 151 a 156 de la L.O.M? Si lo hubieren hecho no hubieran cometido semejante tropelía. El Tribunal de cuentas podría hacer pública alguna palabra al respecto, antes de que nos vuelvan a poner en un nuevo brete
La única realidad, desde ya no dicha y pretendidamente disimulada, es que se pactó con COVELIA un nuevo contrato, con la particularidad de que, al término de este –mediados de agosto-, ningún quilmeño sabe a qué nos comprometemos y lo peor aún, cuales son las obligaciones que asumimos a su finalización.
¿Y si a la finalización hay que hacerse cargo del personal de la contratista?, o ¿se estará otorgando alguna prevalencia a COVELIA para cuando se haga la obligatoria licitación?. Podemos plantearnos los interrogantes que imaginemos. Ninguno de nosotros tiene respuesta alguna, mucho menos los coristas del concejo.
Solo Gutierrez podría dar satisfacción, pero Gutierrez ha demostrado hasta el hartazgo que no tiene el coraje cívico de informar cabalmente al Pueblo de Quilmes. Por ello, en la seguridad que se va a firmar un contrato fuera de toda norma legal, a espaldas del Pueblo, anticipo que como siempre las consecuencias serán a cargo nuestro. Reitero lo que muchas veces he dicho, ser espectador de lo que sucede con la cosa pública, tiene consecuencias previsibles.
No avanzamos como sociedad, todo lo contrario. La irresponsabilidad de Gutierrez y su cohorte de Secretarios, quienes se sienten dueños de la Municipalidad, nos llevan a una nueva situación de desastre, de la que no harán cargo, total los platos rotos los pagan otros.
Al igual que mi escrito anterior, dentro de un tiempo les preguntaré ¿se acuerdan de COVELIA?
Juan Aníbal Albaytero
Proyecto Sur Quilmes




