25 de noviembre de 2011

UN GENOCIDA MENOS: MURIO EL NEFASTO TORTURADOR DE LA DICTADURA, ANTONIO DOMINGO BUSSI

Murió Bussi, un símbolo del terror en centros clandestinos 

CREÓ 40 CAMPOS DE CONCENTRACIÓN Y SÓLO EN UNO DE ELLOS HUBO MÁS DE 200 DESAPARECIDOS. FUE GOBERNADOR DE TUCUMÁN Y OCUPÓ CARGOS EN LA DEMOCRACIA. BUSSI JURÓ EN 1976, ANTE HARGUINDEGUY Y MENENDEZ.

En una clínica cardiológica de la capital tucumana, donde había sido internado el lunes, murió ayer el represor y ex general de división (fue degradado por el Ministerio de Defensa este año) Antonio Domingo Bussi, dos veces gobernador de Tucumán -una de facto- y figura emblemática de la última dictadura militar. Tenía 85 años. Había nacido en Victoria, Entre Ríos.
Bussi estaba detenido desde el 15 de octubre de 2003. Al momento de su internación, cumplía prisión domiciliaria en un country, por su delicada salud. Había recibido una condena firme a prisión perpetua por uno solo -la desaparición de Guilermo Vargas Aignasse, un senador provincial peronista, en 1976, en Tucumán- de los muchos crímenes de lesa humanidad de los que había sido acusado. Por su incapacidad física, había sido separado de otros tres juicios orales por delitos de ese tipo cometidos en Tucumán.
A mediados de los 70, cuando comandó el “Operativo Independencia” en el monte tucumano, funcionaron bajo sus órdenes cerca de 40 centros clandestinos de detención. Entre ellos, el ex arsenal Miguel de Azcuénaga, donde desaparecieron más de 200 personas. Allí, según contó el gendarme Omar Torres ante la Conadep, Bussi daba el ejemplo a sus subordinados y era el primero en dispararles un tiro en la cabeza a los cautivos antes de echarlos a las fosas donde sus cuerpos eran quemados. El represor gobernó Tucumán dos veces (de 1976 a 1977, por imposición dictatorial, y por el voto popular, al frente de Fuerza Republicana, el partido que fundó, de 1995 a 1999); y fue diputado nacional en 1989 (renunció a la banca), en 1993 (la ocupó) y en 1999, cuando le rechazaron los pliegos por haber mentido en una declaración jurada.
El último cargo público al que aspiró fue a la intendencia de la capital tucumana : ganó por 17 votos en junio de 2003, pero no pudo asumir porque la Justicia lo detuvo por la desaparición de Vargas Aignasse. Su ocaso político comenzó mucho antes, durante su segundo mandato como gobernador y pese a haberse subordinado al Gobierno menemista: le encontraron cuatro cuentas no declaradas en Suiza. Lloró al verse descubierto.