Una vez más piden por la erradicación del gran basural de Quilmes Oeste ubicado al fondo de la Escuela Media Nº 16
LA FOTOGRAFÍA ORRESPONDE AL BASURAL A CIELO ABIERTO QUE SE MONTA EN LA ESQUINA DE BOMBERO SÁNCHEZ Y ELUSTONDO DE QUILMES OESTE. RAMAS, NEUMÁTICOS, MADERA Y BOLSAS DE RESIDUOS DOMICILIARIOS SE ACUMULAN TODOS LOS DÍAS SIN QUE LAS AUTORIDADES MUNICIPALES LO PREVENGAN O HAGAN ALGO PARA SOLUCIONARLO.
A toda hora caen “carritos” trayendo porquerías. También hay vecinos inescrupulosos que arrojan residuos cuando no pasó el recolector. Pero lo más grave –según los vecinos- es que a veces camiones contratados por la comuna depositan en esa esquina los desechos de las ferias francas.
Roedores a montones, moscas en verano a punto de formar verdaderas nubes; gatos y perros buscando desperdicios son los vecinos habituales de la gente que habita el lugar, un barrio de clase meda baja donde la tasa municipal ronda los 80 pesos por mes.
De más esta decir que las llamadas a la Delegación Municipal son repetitivas, en directa proporción con la negligencia oficial de subsanarlo. Al menos una vez por semana concurría un camión municipal y una pala mecánica a recoger la basura. Ahora pasan meses sin que se limpie la esquina.
Héctor, en vecino del lugar, comentó que en julio eran tantas las ramas aculadas que Bombero Sánchez había quedado intransitable desde Calchaquí a Elustondo y que así permaneció por casi un mes.
Aunque pueda resultar una crítica desmesurada la existencia de estos basurales a cielo abierto son parte de una política oficial. Al gobierno le hacen ahorrar muchos miles de pesos al año, porque una cosa es enviar camiones en forma diaria a cada cuadra de la ciudad para levantar ramas y montículos y otra muy distinta es que estos se acumulen en un lugar determinado para recogerlos de una sola vez.
Mientras tanto los “carritos” hacen su negocio cotidiano, sus conductores apoyan al gobierno que les permite “trabajar” y es mucho menos lo que se paga a los camiones contratados y al personal municipal que los asiste. (Fuente: Quilmes Ahora)
Roedores a montones, moscas en verano a punto de formar verdaderas nubes; gatos y perros buscando desperdicios son los vecinos habituales de la gente que habita el lugar, un barrio de clase meda baja donde la tasa municipal ronda los 80 pesos por mes.
De más esta decir que las llamadas a la Delegación Municipal son repetitivas, en directa proporción con la negligencia oficial de subsanarlo. Al menos una vez por semana concurría un camión municipal y una pala mecánica a recoger la basura. Ahora pasan meses sin que se limpie la esquina.
Héctor, en vecino del lugar, comentó que en julio eran tantas las ramas aculadas que Bombero Sánchez había quedado intransitable desde Calchaquí a Elustondo y que así permaneció por casi un mes.
Aunque pueda resultar una crítica desmesurada la existencia de estos basurales a cielo abierto son parte de una política oficial. Al gobierno le hacen ahorrar muchos miles de pesos al año, porque una cosa es enviar camiones en forma diaria a cada cuadra de la ciudad para levantar ramas y montículos y otra muy distinta es que estos se acumulen en un lugar determinado para recogerlos de una sola vez.
Mientras tanto los “carritos” hacen su negocio cotidiano, sus conductores apoyan al gobierno que les permite “trabajar” y es mucho menos lo que se paga a los camiones contratados y al personal municipal que los asiste. (Fuente: Quilmes Ahora)
