El otoño está en su esplendor en Quilmes Oeste
LAS ALTAS TEMPERATURAS ATRASARON LA LLEGADA DEL OTOÑO A LOS TERMÓMETROS, PERO EL RELOJ BIOLÓGICO DE LOS ÁRBOLES SE IMPUSO. LAS HOJAS CAEN, Y LOS VECINOS, PODAN, MÁS ALLÁ DE LAS PROHIBICIONES.
LAS ALTAS TEMPERATURAS ATRASARON LA LLEGADA DEL OTOÑO A LOS TERMÓMETROS, PERO EL RELOJ BIOLÓGICO DE LOS ÁRBOLES SE IMPUSO. LAS HOJAS CAEN, Y LOS VECINOS, PODAN, MÁS ALLÁ DE LAS PROHIBICIONES.
Una recorrida por los barrios arbolados de la ciudad, permite apreciar al otoño en todo su esplendor. Las calles se cubren de hojas amarillas, de distintas tonalidades, y muchos vecinos comienzan la prohibida costumbre de podar el arbolado público.
Muchos podan con la ilusión de eliminar las hojas secas, las cuales tienen como objetivo natural de generar un colchón húmedo que permita la multiplicación de organismos beneficiosos para el árbol, y la nutrición necesaria para la tierra.
Pero los habitantes de la urbe no toleran el sonido crujiente de las hojas, y arremeten con hachas y serruchos contra las estilizadas ramas de los árboles.
Las delegaciones municipales de la ciudad, que hasta hace un mes no podían recoger siquiera las bolsas que dejaban las cooperativas que oficiaban de barrenderos, se ven desafiadas a recoger la enorme cantidad de montículos de ramas que se multiplican en las calles.
Muchos podan con la ilusión de eliminar las hojas secas, las cuales tienen como objetivo natural de generar un colchón húmedo que permita la multiplicación de organismos beneficiosos para el árbol, y la nutrición necesaria para la tierra.
Pero los habitantes de la urbe no toleran el sonido crujiente de las hojas, y arremeten con hachas y serruchos contra las estilizadas ramas de los árboles.
Las delegaciones municipales de la ciudad, que hasta hace un mes no podían recoger siquiera las bolsas que dejaban las cooperativas que oficiaban de barrenderos, se ven desafiadas a recoger la enorme cantidad de montículos de ramas que se multiplican en las calles.