Con un hombre menos, Tigre se impuso por 2 a 1 en el estadio Centenario y dejó sin técnico al cervecero
QUILMES ACUMULÓ SU CUARTA DERROTA CONSECUTIVA (TODAVÍA NO SUMÓ EN LO QUE VA DEL CERTAMEN), SU COEFICIENTE ES DE 0,826 Y ESTÁ ÚLTIMO EN LA TABLA DE PROMEDIOS. ADEMÁS, EL TÉCNICO LEONARDO MADELÓN PRESENTÓ SU RENUNCIA INDECLINABLE EN LA ZONA DE VESTUARIOS.
QUILMES ACUMULÓ SU CUARTA DERROTA CONSECUTIVA (TODAVÍA NO SUMÓ EN LO QUE VA DEL CERTAMEN), SU COEFICIENTE ES DE 0,826 Y ESTÁ ÚLTIMO EN LA TABLA DE PROMEDIOS. ADEMÁS, EL TÉCNICO LEONARDO MADELÓN PRESENTÓ SU RENUNCIA INDECLINABLE EN LA ZONA DE VESTUARIOS.
El conjunto cervecero tuvo todo a favor desde el arranque para quedarse con el triunfo. De arranque, nomás, a los 5m., el mendocino Gómez cometió una imprudencia y agredió a Ariel Broggi, incidencia que fue advertida por el línea Gustavo Rossi que le avisó al juez principal, Saúl Laverni, quien dictaminó la inmediata expulsión para el ex atacante de Independiente.
A partir de los inteligentes desplazamientos de Miguel Caneo, la figura en los 45 minutos iniciales, el elenco local asumió la iniciativa.
Y fue precisamente el ex Boca Juniors y Godoy Cruz, quien metió un disparo ajustado, junto al poste derecho de Islas, para decretar la apertura del marcador, a los 22m. del primer período.
En ese primer tiempo, el elenco local insinuó la posibilidad de marcar otra vez, pero chocó contra la solvencia de Islas.
A partir de la desventaja, Tigre se adelantó unos metros en el campo de juego, ajustó las marcas y neutralizó los arrestos quilmeños. Y cuando maniató al rival, pensó en cómo lastimar en el arco de enfrente.
Con Denis Stracqualursi como bandera, el equipo de Arruabarrena fue inteligente: pegó en la primera que tuvo en la segunda parte y, después, jugó con la desesperación de un rival.
A los 7m., el uruguayo Andrés Rodales desbordó por derecha y el atacante, ex Gimnasia La Plata, hizo gala de su oportunismo, cuando tocó ante la salida de Hernán Galíndez, para decretar el empate provisorio.
Y en una jugada de pelota parada, a los 27m., el marplatense ex Deportivo Maipú Mariano Echeverría metió la cabeza en una maniobra de pelota parada y desató la algarabía en la tribuna visitante.
Quilmes no tuvo resto, aun con un hombre de más, para inquietar a Islas, a excepción de una jugada a los 32m., en la que el uruguayo Martín Cauteruccio no pudo definir bien.
De allí hasta el final, la platea local estalló y mostró su impaciencia, insultó a jugadores y técnico, mientras que la parcialidad visitante celebró alborazada la obtención de un éxito en territorio quilmeño, después de 9 derrotas consecutivas (la anterior victoria databa de 1986, en la Primera B Metropolitana).
A partir de los inteligentes desplazamientos de Miguel Caneo, la figura en los 45 minutos iniciales, el elenco local asumió la iniciativa.
Y fue precisamente el ex Boca Juniors y Godoy Cruz, quien metió un disparo ajustado, junto al poste derecho de Islas, para decretar la apertura del marcador, a los 22m. del primer período.
En ese primer tiempo, el elenco local insinuó la posibilidad de marcar otra vez, pero chocó contra la solvencia de Islas.
A partir de la desventaja, Tigre se adelantó unos metros en el campo de juego, ajustó las marcas y neutralizó los arrestos quilmeños. Y cuando maniató al rival, pensó en cómo lastimar en el arco de enfrente.
Con Denis Stracqualursi como bandera, el equipo de Arruabarrena fue inteligente: pegó en la primera que tuvo en la segunda parte y, después, jugó con la desesperación de un rival.
A los 7m., el uruguayo Andrés Rodales desbordó por derecha y el atacante, ex Gimnasia La Plata, hizo gala de su oportunismo, cuando tocó ante la salida de Hernán Galíndez, para decretar el empate provisorio.
Y en una jugada de pelota parada, a los 27m., el marplatense ex Deportivo Maipú Mariano Echeverría metió la cabeza en una maniobra de pelota parada y desató la algarabía en la tribuna visitante.
Quilmes no tuvo resto, aun con un hombre de más, para inquietar a Islas, a excepción de una jugada a los 32m., en la que el uruguayo Martín Cauteruccio no pudo definir bien.
De allí hasta el final, la platea local estalló y mostró su impaciencia, insultó a jugadores y técnico, mientras que la parcialidad visitante celebró alborazada la obtención de un éxito en territorio quilmeño, después de 9 derrotas consecutivas (la anterior victoria databa de 1986, en la Primera B Metropolitana).