El centro de jubilados “Algo porque vivir” festeja su aniversario con un multitudinario almuerzo
HOY, DOMINGO 27 DE JUNIO, CON UN ALMUERZO DE CAMARADERÍA, EL CENTRO DE JUBILADOS ALGO POR QUÉ VIVIR -REPÚBLICA DEL LÍBANO 24, QUILMES OESTE- FESTEJA LOS 32 AÑOS DE EXISTENCIA. VALE MENCIONAR QUE EL PARTIDO DE ARGENTINA-MÉXICO PODRÁ VERSE EN EL LUGAR EN PANTALLA GIGANTE, COMO PARA QUE NADIE FALTE EN UN DOMINGO TAN ESPECIAL.
La titular del centro de jubilados “Algo porque vivir”, Celia Lindbergh, señaló que "hablar de 32 años significa comprender toda una vida, por lo menos para mí. Esto empezó sin darnos cuenta ya que nunca pensamos que se llegaría a este presente. Todos los visionarios de ese entonces tampoco se imaginaron llegar a esto, que se logró gracias al esfuerzo y al amor que puso la gente de ese entonces.
"Se sabe bien que si no hay amor no se puede hacer nada. En aquel año 78 hubo mucho amor y sorprendió a toda la comunidad ver a esa gente mayor concurrir a un lugar, aunque todavía no teníamos una sede fija. Como digo siempre: esto fue en virtud de una convocatoria que hizo el PAMI, que es la obra social de los jubilados. El PAMI convocó a un grupo de socios a una reunión, ahí comenzamos a conocernos, se repitieron los encuentros una vez por mes y en todos estos años se logró todo esto.
"Me siento muy emocionada porque estoy desde el principio. Y en esta oportunidad, con el almuerzo de este domingo, vamos a reconocer la trayectoria de algunas de las pocas socias que quedan, porque somos muy pocos. Esto ha ido renovándose con gente nueva. Todos los que llegan se sorprenden por el presente de Algo Por Qué Vivir.
Recordó que hace 32 años "esto era un cañaveral. En realidad nos habían dado un lugar, que estaba lejos. No queríamos apartarnos mucho del centro. En ese entonces el presidente era Mariano Manfré, a quien recuerdo con mucho cariño, porque fue una gran persona y un gran luchador.
Celia explicó que la institución ofrece a los jubilados "un lugar donde puedan pasarla bien. Les ofrecemos amistad y amor, distintos talleres, de enfermería, pedicuría, masajista, yoga, peluquería. Todo es importante pero hay que destacar que todos los días funciona la escuela de adultos y adolescentes, que depende de la Escuela 7.
El nombre de la entidad surgió de casualidad, aunque fue la mejor manera de definirla. "En aquella época, cuando fuimos convocados por el PAMI, se formó un grupo. Nos reuníamos en distintas casas, había algunos hombres que tocaban instrumentos. Se formó una orquesta y nos veíamos seguido. Un tal señor Ventura dijo un día como una expresión de alegría: chicas, esto sí que es algo por qué vivir, y así quedó".
Celia, quien preside el Centro desde 1989, disfruta como nadie esta celebración. Su apellido recuerda a aquel piloto, quien en 1932 cruzó el Atlántico en avión por primera vez ("era primo hermano de mi papá y se llamaba igual) y por sus venas también corre sangre política. Su hija es la dirigente radical María Elisa Ezquerra. "Ella es brillante, inteligente, es lo mejor", sostuvo con satisfacción.
"Se sabe bien que si no hay amor no se puede hacer nada. En aquel año 78 hubo mucho amor y sorprendió a toda la comunidad ver a esa gente mayor concurrir a un lugar, aunque todavía no teníamos una sede fija. Como digo siempre: esto fue en virtud de una convocatoria que hizo el PAMI, que es la obra social de los jubilados. El PAMI convocó a un grupo de socios a una reunión, ahí comenzamos a conocernos, se repitieron los encuentros una vez por mes y en todos estos años se logró todo esto.
"Me siento muy emocionada porque estoy desde el principio. Y en esta oportunidad, con el almuerzo de este domingo, vamos a reconocer la trayectoria de algunas de las pocas socias que quedan, porque somos muy pocos. Esto ha ido renovándose con gente nueva. Todos los que llegan se sorprenden por el presente de Algo Por Qué Vivir.
Recordó que hace 32 años "esto era un cañaveral. En realidad nos habían dado un lugar, que estaba lejos. No queríamos apartarnos mucho del centro. En ese entonces el presidente era Mariano Manfré, a quien recuerdo con mucho cariño, porque fue una gran persona y un gran luchador.
Celia explicó que la institución ofrece a los jubilados "un lugar donde puedan pasarla bien. Les ofrecemos amistad y amor, distintos talleres, de enfermería, pedicuría, masajista, yoga, peluquería. Todo es importante pero hay que destacar que todos los días funciona la escuela de adultos y adolescentes, que depende de la Escuela 7.
El nombre de la entidad surgió de casualidad, aunque fue la mejor manera de definirla. "En aquella época, cuando fuimos convocados por el PAMI, se formó un grupo. Nos reuníamos en distintas casas, había algunos hombres que tocaban instrumentos. Se formó una orquesta y nos veíamos seguido. Un tal señor Ventura dijo un día como una expresión de alegría: chicas, esto sí que es algo por qué vivir, y así quedó".
Celia, quien preside el Centro desde 1989, disfruta como nadie esta celebración. Su apellido recuerda a aquel piloto, quien en 1932 cruzó el Atlántico en avión por primera vez ("era primo hermano de mi papá y se llamaba igual) y por sus venas también corre sangre política. Su hija es la dirigente radical María Elisa Ezquerra. "Ella es brillante, inteligente, es lo mejor", sostuvo con satisfacción.