¿ALGUNA VEZ TE DETUVISTE A PENSAR SI SOMOS NOSOTROS QUIENES CAUSAMOS EL “CALENTAMIENTO GLOBAL”? ¿Y SI EN REALIDAD ESTAMOS PASANDO POR UN PROCESO NATURAL DE LA TIERRA? EXISTEN VARIOS PUNTOS DE VISTA ACERCA DE LO QUE COMÚNMENTE LLAMAMOS “CAMBIO CLIMÁTICO”: HAY QUIENES DICEN QUE EL SER HUMANO ES EL RESPONSABLE DE QUE ESTÉ OCURRIENDO Y QUIENES, POR OTRO LADO, AFIRMAN QUE SE DEBE A UN CICLO NATURAL DEL PLANETA TIERRA.
Existen dos posturas principales y antagónicas frente a esta cuestión: ¿Qué es el calentamiento global? Este cambio climático del que comúnmente escuchamos hablar, es el de la denominada visión antrópica. Es decir, que estaría provocado por los seres humanos, propiciado por las grandes emisiones de dióxido de carbono que el hombre libera por las actividades que lleva a cabo.
Esta visión es la que resuena en los medios hegemónicos. En este grupo podemos encontrar a Al Gore con su documental An Inconvenient Truth, Leonardo Di Caprio con The 11th hour, las organizaciones Greenpeace, Fundación Vida Silvestre Argentina, WWF y muchísimas personalidades y organizaciones más. Asimismo, la Cumbre de Copenhague, convocada en diciembre de 2009, parte de este supuesto.
Pero también esta visión es la que en muchos casos la gente repite acríticamente en el día a día. Claro, después del bombardeo constante que nos dicen que el mundo está en riesgo, películas hollywoodenses impactantes, El planeta está en riesgo resuena en numerosas compañas de “concientización” (absurdas en muchos casos, y en las que se gasta muchísimos recursos en promover), imágenes catastróficas… todo esto hecha inevitablemente leña al fuego. No dejan lugar a la duda. ¿Cómo no terminar creyendo que efectivamente tenemos la culpa/responsabilidad de todo esto?
Tal vez una de las peores consecuencias de esta visión, es de que manera lograron meterse en el imaginario de la gente, en la percepción del mundo y como ponen al mismo nivel a un ciudadano común con el dueño de una multinacional… Como si, en el caso de venir una hecatombe mundial, todos fuésemos culpables o inocentes en la misma medida… Peor aún es ver que preocupados frente a esta “amenaza global e inminente”, terminamos descuidando otras necesidades que tiene el mundo hoy en día (como señala Martín Caparrós en la nota “Lo que Mata” del diario Crítica de la Argentina)*.
Es evidente que los grandes voceros del cambio climático antrópico no nos dieron la posibilidad de elegir, nos bombardean constantemente con mensajes apocalípticos. Acaso, ¿no tenemos derecho a saber las distintas caras de este tema?. Todos sabemos que con el miedo se maneja a las personas y también es cierto que detrás de todo este revuelo hay intereses. Sino, no se pondría tanto dinero en los temas “verdes”. ¿Desde cuándo hay tanto interés humanitario y ecológico por parte de ciertos grupos a los que al parecer nunca les interesó la humanidad?...
Por otro lado, tenemos a quienes afirman que el cambio climático es parte de un proceso natural del planeta tierra. Según esta visión, el planeta Tierra ya ha pasado sucesivamente por períodos de calentamiento y enfriamiento global. Las variaciones climáticas se deberían a las manchas solares, es decir, a la actividad solar. Y el aumento de temperatura que estamos viviendo ahora sería la antesala a una próxima glaciación.
En esta vereda nos encontramos con el periodista Jorge Orduna, escritor del libro Ecofascimo (diría yo, un libro básico de la literatura ecologista en el panorama mundial actual). También esta postura está expuesta en el documental inglés El gran engaño del cambio climático, en donde numerosos científicos abogan por una postura crítica sobre el cambio climático antrópico. Allí, se expone que es falso que haya un acuerdo de toda la comunidad científica acerca de que somos nosotros quienes causamos el cambio climático, es más, aseveran que “la alarma sobre el calentamiento global se disfraza de ciencia, pero no es ciencia, es propaganda”.
Por supuesto hay entre estos dos grupos acusaciones mutuas. Los que no toman partido son acusados de tibios. Los que dicen que el cambio climático es parte de un proceso natural son acusados de estar pagados por petroleras y multinacionales, y los “antrópicos” de estar lucrando con el Green Business (Negocios “verdes”).
Lo único que tenemos a mano para poder aclarar un poco el panorama es ver quien dice lo que dice, y porque lo hace, que intereses tienen determinados voceros, que papeles jugaron en la historia. Es primordial hacer algo para cambiar el mundo, mejorar nuestra realidad, pero no siendo títeres de intereses egoístas disfrazados de altruistas. Parafraseando a Jorge Orduna: no se trata de negar la necesidad de promover en nuestras comunidades una cultura ambiental y ecológica, sino de quien, cuando, donde y porque.
No se en que medida el cambio climático se debe al ser humano o a las manchas solares. Pero sí creo que, independientemente de esta cuestión, debemos cuidar al planeta en el que vivimos, que en definitiva, es nuestra casa; Pero sabiendo lo más cercano a la verdad sobre la realidad en la que estamos interviniendo. Ahora bien, ¿cómo lo hacemos, cuándo, por qué, con quién o con qué grupos, enarbolando qué bandera y en nombre de que causa?, es otra historia. Y en ese punto tenemos que estar atentos.
Una vez escuche que el rol de un periodista es dudar, preguntar. El cambio climático antrópico se nos presenta como una verdad incuestionable: discutámosla, no la demos por sentado. Se invierten muchos recursos para que no dudemos de este supuesto, pero a esta “verdad indiscutida” se le está empezando a ver las grietas.
*http://www.criticadigital.com.ar/index.php?secc=nota&nid=33183
Esta visión es la que resuena en los medios hegemónicos. En este grupo podemos encontrar a Al Gore con su documental An Inconvenient Truth, Leonardo Di Caprio con The 11th hour, las organizaciones Greenpeace, Fundación Vida Silvestre Argentina, WWF y muchísimas personalidades y organizaciones más. Asimismo, la Cumbre de Copenhague, convocada en diciembre de 2009, parte de este supuesto.
Pero también esta visión es la que en muchos casos la gente repite acríticamente en el día a día. Claro, después del bombardeo constante que nos dicen que el mundo está en riesgo, películas hollywoodenses impactantes, El planeta está en riesgo resuena en numerosas compañas de “concientización” (absurdas en muchos casos, y en las que se gasta muchísimos recursos en promover), imágenes catastróficas… todo esto hecha inevitablemente leña al fuego. No dejan lugar a la duda. ¿Cómo no terminar creyendo que efectivamente tenemos la culpa/responsabilidad de todo esto?
Tal vez una de las peores consecuencias de esta visión, es de que manera lograron meterse en el imaginario de la gente, en la percepción del mundo y como ponen al mismo nivel a un ciudadano común con el dueño de una multinacional… Como si, en el caso de venir una hecatombe mundial, todos fuésemos culpables o inocentes en la misma medida… Peor aún es ver que preocupados frente a esta “amenaza global e inminente”, terminamos descuidando otras necesidades que tiene el mundo hoy en día (como señala Martín Caparrós en la nota “Lo que Mata” del diario Crítica de la Argentina)*.
Es evidente que los grandes voceros del cambio climático antrópico no nos dieron la posibilidad de elegir, nos bombardean constantemente con mensajes apocalípticos. Acaso, ¿no tenemos derecho a saber las distintas caras de este tema?. Todos sabemos que con el miedo se maneja a las personas y también es cierto que detrás de todo este revuelo hay intereses. Sino, no se pondría tanto dinero en los temas “verdes”. ¿Desde cuándo hay tanto interés humanitario y ecológico por parte de ciertos grupos a los que al parecer nunca les interesó la humanidad?...
Por otro lado, tenemos a quienes afirman que el cambio climático es parte de un proceso natural del planeta tierra. Según esta visión, el planeta Tierra ya ha pasado sucesivamente por períodos de calentamiento y enfriamiento global. Las variaciones climáticas se deberían a las manchas solares, es decir, a la actividad solar. Y el aumento de temperatura que estamos viviendo ahora sería la antesala a una próxima glaciación.
En esta vereda nos encontramos con el periodista Jorge Orduna, escritor del libro Ecofascimo (diría yo, un libro básico de la literatura ecologista en el panorama mundial actual). También esta postura está expuesta en el documental inglés El gran engaño del cambio climático, en donde numerosos científicos abogan por una postura crítica sobre el cambio climático antrópico. Allí, se expone que es falso que haya un acuerdo de toda la comunidad científica acerca de que somos nosotros quienes causamos el cambio climático, es más, aseveran que “la alarma sobre el calentamiento global se disfraza de ciencia, pero no es ciencia, es propaganda”.
Por supuesto hay entre estos dos grupos acusaciones mutuas. Los que no toman partido son acusados de tibios. Los que dicen que el cambio climático es parte de un proceso natural son acusados de estar pagados por petroleras y multinacionales, y los “antrópicos” de estar lucrando con el Green Business (Negocios “verdes”).
Lo único que tenemos a mano para poder aclarar un poco el panorama es ver quien dice lo que dice, y porque lo hace, que intereses tienen determinados voceros, que papeles jugaron en la historia. Es primordial hacer algo para cambiar el mundo, mejorar nuestra realidad, pero no siendo títeres de intereses egoístas disfrazados de altruistas. Parafraseando a Jorge Orduna: no se trata de negar la necesidad de promover en nuestras comunidades una cultura ambiental y ecológica, sino de quien, cuando, donde y porque.
No se en que medida el cambio climático se debe al ser humano o a las manchas solares. Pero sí creo que, independientemente de esta cuestión, debemos cuidar al planeta en el que vivimos, que en definitiva, es nuestra casa; Pero sabiendo lo más cercano a la verdad sobre la realidad en la que estamos interviniendo. Ahora bien, ¿cómo lo hacemos, cuándo, por qué, con quién o con qué grupos, enarbolando qué bandera y en nombre de que causa?, es otra historia. Y en ese punto tenemos que estar atentos.
Una vez escuche que el rol de un periodista es dudar, preguntar. El cambio climático antrópico se nos presenta como una verdad incuestionable: discutámosla, no la demos por sentado. Se invierten muchos recursos para que no dudemos de este supuesto, pero a esta “verdad indiscutida” se le está empezando a ver las grietas.
*http://www.criticadigital.com.ar/index.php?secc=nota&nid=33183