LA DISCO CLUB XXI DE QUILMES OESTE CERRÓ EN FORMA DEFINITIVA. EL GIGANTE DE LA ZONA SUR VENDIÓ SUS INSTALACIONES A LA EMPRESA CIUDAD MOTO DE FLORENCIO VARELA. ASÍ LO CONFIRMÓ OFICIALMENTE UN CONOCIDO EMPRESARIO DE LA NOCHE QUILMEÑA CONSULTADO POR EL DIARIO 5 DÍAS.
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Si bien los dueños del bailable no efectuaron ningún anuncio al respecto, en facebook el grupo de seguidores de “CLUB XXI” (unos 2 mil fans) intentan motorizar una “movida” para reclamar su reapertura. Sin embargo, en la página web de la disco ya no aparecen eventos ni fechas promocionando el lugar.
El bailable que funcionó durante casi 20 años sobre la Av. Calchaquí fue clausurado a fines de enero de este año como consecuencia de la golpiza que recibieron de parte de los patovicas, unos menores que resultaron ser nada más y nada menos, sobrinos del propio intendente quilmeño, Francisco ‘Barba’ Gutiérrez. Hay una denuncia policial por lo ocurrido que investiga la fiscalía de Instrucción y Juicio de Quilmes, a cargo de Andrés Nieva Woodgate.
Desde entonces, no volvió a abrir sus puertas. Trascendió que los ex - propietarios de la confitería aseguran que preparan una demanda millonaria contra la Comuna por daños ya que consideran que “la clausura implementada por el municipio fue ilegal”. La medida había sido tomada por el juez de Faltas, Jorge Briasco.
De todos modos, el bailable que supo ser un símbolo de la noche quilmeña durante la década de los ´90 con una capacidad para más de 3 mil personas, había dejado de ser un negocio redituable en los últimos años.
Trascendió que en los próximos días se estarán rematando todos los equipos y luces que formaban parte del boliche.
El bailable que funcionó durante casi 20 años sobre la Av. Calchaquí fue clausurado a fines de enero de este año como consecuencia de la golpiza que recibieron de parte de los patovicas, unos menores que resultaron ser nada más y nada menos, sobrinos del propio intendente quilmeño, Francisco ‘Barba’ Gutiérrez. Hay una denuncia policial por lo ocurrido que investiga la fiscalía de Instrucción y Juicio de Quilmes, a cargo de Andrés Nieva Woodgate.
Desde entonces, no volvió a abrir sus puertas. Trascendió que los ex - propietarios de la confitería aseguran que preparan una demanda millonaria contra la Comuna por daños ya que consideran que “la clausura implementada por el municipio fue ilegal”. La medida había sido tomada por el juez de Faltas, Jorge Briasco.
De todos modos, el bailable que supo ser un símbolo de la noche quilmeña durante la década de los ´90 con una capacidad para más de 3 mil personas, había dejado de ser un negocio redituable en los últimos años.
Trascendió que en los próximos días se estarán rematando todos los equipos y luces que formaban parte del boliche.
Fuente: Diario 5 Días