15 de noviembre de 2016

Declara la pareja imputada por el doble crimen de Gorina, quienes fueron atrapados la semana pasada en Bernal

Con la intención de sacarse culpas de encima, Sergio Maydana (38) y su pareja, Flavia Rodríguez (32), imputados por el doble crimen del cirujano plástico Guillermo Luna (65) y su esposa, Laura Favre (42), ocurrido el 22 de agosto pasado en la localidad de Gorina, se presentarán hoy ante la fiscal que les pidió la detención para ampliar su declaración indagatoria. Según indicaron fuentes con acceso a la causa, la coartada de los sindicados como autores de los homicidios será endilgarle toda la responsabilidad de esas muertes a un hombre apodado “Simpson” y a su mujer. La audiencia, siempre de acuerdo a los voceros consultados por este diario, está prevista para las diez de la mañana y podría durar varias horas. Se supo que en ese acto estará presente el abogado Diego Storto, quien los patrocina desde el momento en que cayeron presos, después de más de dos meses de profuguez, en un desvencijado pensionado de Bernal Oeste, en el partido de Quilmes. Se había especulado con que los acusados podían haberse ido del país, pero los policías de la DDI La Plata los encontraron durmiendo en el piso, sin plata y sin otro lugar a donde buscar escondite. Maydana, como se recordará, es un prestamista que tenía negocios con Luna y también vendía celulares. Rodríguez, una oficial de la Policía bonaerense con dos años de antigüedad, y cuyo último destino fue la comisaría decimotercera de Gonnet. El día siguiente al del doble crimen dejaron a su bebita -entonces de 5 meses- al cuidado de la madre de Flavia, ella le reveló telefónicamente a su jefe que le habían robado el arma reglamentaria y desaparecieron. Esto los puso desde el principio en el rol de principales sospechosos, hasta que el 28 de agosto la jueza Marcela Garmendia ordenó la detención de los dos por “doble homicidio agravado”. Además de su desaparición repentina y el “robo” de la reglamentaria, a Maydana y su mujer los complica el hallazgo de sus huellas dactilares dentro de la camioneta en la que fue asesinada la pareja, y el secuestro de vainas servidas y proyectiles completos de los mismos calibres que las armas homicidas: 9 milímetros de la marca brasileña CBC y .45 u 11.25, de Fabricaciones Militares (FM). Sin dudas, no podrán negar que tenían relación con las víctimas. Habrá que ver qué explicaciones le dan a la fiscal de lo que hicieron esa noche y el por qué de los rastros. En estos meses, la Policía allanó 18 domicilios en busca de los prófugos, mientras la Justicia ordenaba la intervención de algunas líneas telefónicas, tomaban testimonios y el Departamento de Inteligencia Criminal analizaba los entrecruzamientos y análisis de las comunicaciones. La Dirección de Casos Especiales (Escena del Crimen) y Policía Científica se hicieron cargo de los peritajes. Y el cerco se fue cerrando, no sólo en torno a las “relaciones personales que podrían asistir” al prestamista y a la mujer policía, sino también en la delimitación de la zona donde estaban ocultos. Así llegaron, el jueves pasado, a dos domicilios de 475 entre 8 y 10, de City Bell, perteneciente a un primo de Maydana. En ese lugar confirmaron un dato que, según dijeron, ya manejaban: los acusados estaban escondidos en Bernal, pero afinaron su ubicación a una propiedad específica de la calle Neuquén, donde sus dueños alquilaban cuartos por 1.500 pesos al mes. Llegaron a la medianoche. Y, por cuestiones de urgencia, la fiscal y la jueza ordenaron allanar de inmediato ese lugar. Ahí estaban Maydana y Rodríguez, que hoy contarán su verdad.