Martín Ciccioli se adentró en el conurbano para conocer una obra abandonada que se convirtió en una pesadilla para los vecinos. Se trata de un trabajo que debería conectar el Río Quilmes con la Ruta 21 y dejó una avenida dividida en cinco tramos, generando cortes y caos además de falta de seguridad, robos y asaltos. Los vecinos denuncian continuamente, los locales comerciales no pueden vender y la zona, como si todo fuera poco, sufre falta de presión de agua. Los carteles de madera son lo único que queda de un proyecto que debió terminarse en 270 días y que hoy es una obra fantasma que atormenta a los vecinos: “Te roban, te apuñalan y te asaltan”.